El cocinero y su ayudante eran los encargados de vigilar la despensa
y el cuidado de las aves. Las alimentaba y se encargaban de que se
mantuviesen vivas y sanas.
De esta manera cuando lo necesitaban recogían sus huevos y los
cocinaban en ocasiones, aunque en otras se los tomaban semicrudos.
Si se les acababa la comida en el barco, la situación podía ser desesperada.
Si no se daba el caso y no encontraban comida fresca, tenían
que recurrir a unas galletas secas bastantes repugnante en las que
solían anidar gusanos. Esto les obligaba a sacudirlas para que cayeran y
mojarlas si había suficiente agua.
Tal era el asco que les daba sólo verlas, que procuraban
comerlas a oscuras para no ver los asquerosos gorgojos que había en su
interior.
La Ile de la Tortue se encuentra muy
próxima a Haití; aquí habitaron piratas tan “ilustres” como Drake, Barba
Negra, Bartholomew Sharp (El Olonés) y muchos otros, así como
bucaneros. Además es la isla a la que se refieren las novelas de
aventuras, como “La Isla del tesoro” de Stevenson o “El corsario negro”
de Salgari,además de los botines que pudieran
conseguir en los ataque a poblaciones u otros navíos, se encontraba el
contrabando, la venta de víveres (los bucaneros hacían carne ahumada) y
la trata de esclavos.Las grandes
navegaciones en la antigüedad, desde los periplos griegos y fenicios, las
campañas romanas o incluso los viajes egipcios, por la carencia de
cartográficos marítimos y la brújula, hicieron que se circunscribieran a la navegación
costera; este tipo de transporte no entrañaba dificultad gastronómica ya que,
ante la posibilidad de comer alimentos frescos y poder cocinar en tierra se
aseguraba la frescura de la comida, sólo una pequeña despensa para casos de
emergencia era la obligada para una cocina puramente marinera.El fogón, uno de los bienes más preciados del barco, estaba situado en el
castillo de proa y consistía en una plancha de hierro sobre la que había
arena y sobre ella el hogar de madera. Se encendía al amanecer y se
apagaba al anochecer, con el mal tiempo, vientos fuertes, mar picada o
lluvias era imposible encenderlo, por lo que la tripulación comía
salazones de carne o de pescado, lo que daba más sed y hacía la vida
insufrible a todos aquellos desgraciados. La bebida más famosa descrita en los relatos marítimos era el Grog. En esencia era un ron al que se le añadían diversas especias. La receta original sería “A
una medida de ron añadir tres medidas de agua caliente, en la que se ha
disuelto previamente el zumo de medio limón, y tres cucharadas de
azúcar. Esto constituye una ración para un hombre. Aumentar la cantidad
si se tiene que emborrachar a toda una tripulación.”
Si ya el fogón era insuficiente para cocinar un cocido o un potaje para la marinería peor era para los pasajeros, los cuales debían congraciarse con el cocinero si querían medio comer, algo que muy bien explica Antonio de Guevara con estas palabras: "Es privilegio de galera que ninguno sea osado de ir a aderezar de comer cuando le hubiere en gana, sino cuando pudiere o granjearse, porque según las ollas o cazos, morteros, sartenes, calderas, almireces, asadores y pucheros que están puestos en torno al fogón, el pasajero se irá y se vendrá como un gran bisoño, si primero no tiene amistad con el cocinero".Pero fue en las grandes travesía del océano cuando verdaderamente comenzó un estilo de alimentación que hizo de los hombres que surcaban los mares mártires de sus estómagos y donde se mostró toda la dureza de vida que caracterizó a varios siglos de la humanidad. La peor parte se la llevaros los condenados a galeras, pobres hombres delincuentes cuyo castigo consistía en poner su fuerza como motor de las galeras y cuya pena era de una media de diez años, los cuales casi nunca llegaban a cumplir porque morían antes de hambre, enfermedad o agotamiento. Aunque parezca raro la alimentación en estos barcos estaba minuciosamente reglamentada, lo cual hace más cruel, si cabe, la sociedad en la que vivían; Villalón nos cuenta que la ración de un remero consistía en lo siguiente:"25 onzas de bizcocho, pero si estábamos en donde no la podían tomar, que era en tierra del enemigo, 20 onzas y una almuerza de mazorra; algunas veces media escudilla de vinagre, otra media de aceite y otra media de lentejas y arroz. Alguna Pascua daban carne, una libra a cada uno", La menestra estaba compuesta, las ordinarias, por habas, judías, lentejas y guisantes y las menestras finas por garbanzos y arroz. Todas estas semillas se tostaban ligeramente para su mejor conservación, no estando recomendada por los médicos la de garbanzos para los remeros por dar mucha flatulencia y dar en las galeras del Mediterráneo habas. según un documento de la Secretaría de Guerra y Mar de 1.680 sabemos que "habiéndose suministrado de muchos días a esta parte, arroz por falta de habas, se ha ocasionado tal destemplanza en los remeros que hoy se hallan las galeras con 250 enfermos de accidentes que los más, según relación del protomédico, proceden de la continuación del arroz", En 1.498 Vasco de Gama en su viaje relata que una extraña enfermedad afectó a la mitad de sus hombres de los cuales 54 murieron después de grandes sufrimientos, a esta enfermedad la llamaron la peste de las naos, los portugueses la llamaban mal de Loanda y los ingleses peste del mar. Nadie se salvaba de ella, Magallanes la sufrió en su vuelta al mundo. La primera vez que se habla de los síntomas fue en el segundo viaje de Vizcaíno al cabo Mendocino y su tratamiento mediante xocohuitztles: "una frutilla con hechuras de nueces de ciprés y carne como una tuna blanca".
Si ya el fogón era insuficiente para cocinar un cocido o un potaje para la marinería peor era para los pasajeros, los cuales debían congraciarse con el cocinero si querían medio comer, algo que muy bien explica Antonio de Guevara con estas palabras: "Es privilegio de galera que ninguno sea osado de ir a aderezar de comer cuando le hubiere en gana, sino cuando pudiere o granjearse, porque según las ollas o cazos, morteros, sartenes, calderas, almireces, asadores y pucheros que están puestos en torno al fogón, el pasajero se irá y se vendrá como un gran bisoño, si primero no tiene amistad con el cocinero".Pero fue en las grandes travesía del océano cuando verdaderamente comenzó un estilo de alimentación que hizo de los hombres que surcaban los mares mártires de sus estómagos y donde se mostró toda la dureza de vida que caracterizó a varios siglos de la humanidad. La peor parte se la llevaros los condenados a galeras, pobres hombres delincuentes cuyo castigo consistía en poner su fuerza como motor de las galeras y cuya pena era de una media de diez años, los cuales casi nunca llegaban a cumplir porque morían antes de hambre, enfermedad o agotamiento. Aunque parezca raro la alimentación en estos barcos estaba minuciosamente reglamentada, lo cual hace más cruel, si cabe, la sociedad en la que vivían; Villalón nos cuenta que la ración de un remero consistía en lo siguiente:"25 onzas de bizcocho, pero si estábamos en donde no la podían tomar, que era en tierra del enemigo, 20 onzas y una almuerza de mazorra; algunas veces media escudilla de vinagre, otra media de aceite y otra media de lentejas y arroz. Alguna Pascua daban carne, una libra a cada uno", La menestra estaba compuesta, las ordinarias, por habas, judías, lentejas y guisantes y las menestras finas por garbanzos y arroz. Todas estas semillas se tostaban ligeramente para su mejor conservación, no estando recomendada por los médicos la de garbanzos para los remeros por dar mucha flatulencia y dar en las galeras del Mediterráneo habas. según un documento de la Secretaría de Guerra y Mar de 1.680 sabemos que "habiéndose suministrado de muchos días a esta parte, arroz por falta de habas, se ha ocasionado tal destemplanza en los remeros que hoy se hallan las galeras con 250 enfermos de accidentes que los más, según relación del protomédico, proceden de la continuación del arroz", En 1.498 Vasco de Gama en su viaje relata que una extraña enfermedad afectó a la mitad de sus hombres de los cuales 54 murieron después de grandes sufrimientos, a esta enfermedad la llamaron la peste de las naos, los portugueses la llamaban mal de Loanda y los ingleses peste del mar. Nadie se salvaba de ella, Magallanes la sufrió en su vuelta al mundo. La primera vez que se habla de los síntomas fue en el segundo viaje de Vizcaíno al cabo Mendocino y su tratamiento mediante xocohuitztles: "una frutilla con hechuras de nueces de ciprés y carne como una tuna blanca".
Juan Bautista Antonelli un ingeniero italiano descubrió esta ventaja en
1586 cuando el pueblo no tenia más de 10 casas y recomendó que la bahía
fuera colonizada. En 1596 pirata Sir Francis Drake destruyo Nombre de
Dios, la primera ciudad española en el continente americano. Luego de
este incidente el Rey Félipe II ordena que se transfieran los españoles a
Portobelo.Ofrece una gastronomía única caribeña.Disponer de gallinas, suponía disponer de carne fresca y huevos en
cualquier momento. Haciendo que la dieta de los piratas fuera más
variada.
Una gastronomía que conserva secretos prehispánicos, como hierbas y
frutos, y los enlaza sabiamente con productos traídos desde el Viejo
Mundo, como la carne de cerdo y sus derivados. De la mesa campechana
destacan los panuchos, las empanadas, tamales y tacos de cazón. También
se prepara un delicioso pámpano en escabeche y el chile x’catic, relleno
de cazón y capeado. Rey de la gastronomía campechana es el camarón, que
se prepara con coco, al natural, en paté, en coctel y en algunos
platillos calientes. El papaché, de exótico sabor, se cría en los
manglares. se realizaba una parte importante de la actividad comercial del
Virreinato de la Nueva España, y por ello fue un punto estratégico que
Francia e Inglaterra principalmente usaron para menguar las riquezas del
envidiado imperio. Así fue como surgieron los piratas y corsarios, que
se dedicaban a asaltar y saquear las naves españolas. Las aguas del
Golfo de México ocultan los restos de embarcaciones que naufragaron en
diversas épocas, y que son hoy un baluarte de la historia del país, y
también una experiencia única para el viajero. Entre cardúmenes y
corales, se advierten los mástiles, las quillas, las hileras de cañones
que alguna vez fueron esplendorosos barcos y que hoy forman parte de un
paisaje submarino inigualable.
El origen de la famosa receta de la Focaccia di Recco se encuentra en la Historia, como sucede a menudo con muchos platos.
Parece ser que la localidad de Recco, en la provincia de Génova,
durante el siglo XVI, sufrió numerosos ataques de piratas Saracenos
que tuvieron muy ocupadas a las tropas que se habían establecido en
este lugar. Durante estos ataques, mujeres, niños y ancianos se
refugiaban en los montes con todo lo necesario para sobrevivir (sobre
todo harina, aceite y sal).
Precisamente con estos alimentos sencillos y con un poco de queso,
obtenido gracias a un trueque con los pastores de la zona, nació esta
mítica focaccia, que también se conoce con el nombre de “Fugassa al Formaggio”.
Fueron las cocineras de Recco de aquella época las que, entre un
ataque y otro, manteníendo encendido el fuego y amasando la harina con
el agua de los arroyos de los montes, inventaron esta receta tan amada
para dar de comer a niños y abuelos.
Una fina capa de pasta mezclada con el queso se depositaba sobre una
losa de pizarra, que antes se había calentado sobre las brasas y,
después de unos minutos, esta rica especialidad estaba cocida y lista
para pasar a la historia.
Francis Drake fue un corsario. Es decir,
un pirata que sólo atacaba a los enemigos de su país. Cumplía las misiones que
le encargaba su reina, Isabel I de Inglaterra, pero navegaba en sus propios
barcos y se quedaba con gran parte del botín que capturaba.Drake fue uno de los
viajeros que contribuyeron a la difusión en Europa del tabaco y la papa, dos
productos desconocidos fuera del continente americano antes de la llegada de los
europeos.A finales del siglo XVI, el pirata Sir Richard Drake,
subordinado del Capitán Sir Francis Drake (corsario de la corona
inglesa) preparó la primera versión conocida de un bebida que llevaba
aguardiente (ron crudo, sin envejecer en lo absoluto) de baja calidad,
con azúcar, lima y menta. El aguardiente aportaba calor, el agua diluía
el alcohol, la lima combatía el escorbuto (deficiencia de vitamina C),
la menta refrescaba y el azúcar permitía tragarse aquello. Lo tomaba Sir
F. Drake después de sus batallas.*
La fecha extraoficial para el nacimiento del
precursor del Mojito es 1586, cuando el capitán Sir Francis Drake y su
grupo de piratas planearon como robar el Oro Azteca almacenado en cajas
Reales de La Habana por el saqueo de la ciudad. Pero poco antes de esta
fecha, el rey Felipe II advirtió a su gobernador en Cuba de los planes
del capitán Drake, y le dio instrucciones para que la ciudad se
preparara.El capitán Drake salió de La Habana dejándola intacta,
pero no dejó sin impactar a toda la civilización cubana. Su subordinado,
Richard Drake, inventó un coctel conocido como Draque, Drak o Drac, que
era la primera versión conocida de un bebida que llevaba aguardiente
(ron crudo, sin envejecer) de baja calidad, con azúcar, lima y menta. El
aguardiente aportaba calor, el agua diluía el alcohol, la lima combatía
el escorbuto (deficiencia de vitamina C), la menta refrescaba y el
azúcar permitía tragarse aquel brebaje. Lo tomaba Sir F. Drake después
de sus batallas.
Se alimentaban de galletas, carne ahumada o salada, pasas, hijos, quesos etc. Cuando podían pescar, incorporaban el pescado a su dieta
, con lo cual era un poco mas variada.
A veces llevaban abordo, animales, que sacrificaban durante el viaje, para disponer de carne fresca.
Las gallinas eran muy apreciadas, porque proporcionaban huevos frescos, durante todo el viaje.
Sabemos que sus
viajes en alta mar eran muy largos y tenían que llevarse la comida en la
bodega, pero algunos se echaban a perder por sus características o por
la falta de higiene.
Los alimentos que
los piratas comían en pocas ocasiones eran las frutas y las verduras
porque enseguida se echaban a perder e incluso en mal estado se las
tenían que comer.
Otro alimento que comían en pocas ocasiones era la carne de tortuga. Si veían alguna en el mar y podían cogerla, se la comían.
Si en el barco
llevaban gallinas, éstas podían dar huevos para que los piratas
comieran, así que podemos decir que si que podían comer huevos
asiduamente.
El pescado si que no faltaba ya que es lógico que viviendo en el mar haya mucha cantidad de este alimento.
El queso duraba mucho tiempo e incluso se lo comían muy duro.
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