Quiero compartir mi pasión por la cocina .
" Desde la calle y a través de una ventana que daba a la cocina, se veía
perfecto. Todo. Cocineros ocupados en sus menesteres de último momento.
Las verduras frescas y brillantes sobre el borde de la ventana, hacían
que esa vista sea inclusive mágica.... Los cocineros lucían sus chaquetas brillantes, limpias, se movían con
movimientos justos y medidos. Lo recuerdo como una escena de una
película a esta altura un poco idealizada (es verdad que con el paso del
tiempo, uno intenta quedarse solo con los buenos recuerdos) la cocina era una cuestión mágica….es que tenerlo tan cerca, ver cómo tomaba el cuchillo, cómo cortaba una cebolla en brunoise."
Los viejos roqueros de la cocina no hemos perdido para nada el brillo en los ojos, el hormigueo en el
estómago, las mariposas que revolotean por el cuerpo. Hemos aprendido
que solo con pasión no basta y que si además sumamos otra serie de
virtudes el resultado es mucho mejor, mas apasionante, valga la
redundancia .Nuestra pasión, se saborea, se transmite y se contagia ya que si no
supiéramos hacerlo no conseguiríamos llegar solos a la meta de los
sueños.
Todo este amor por cocinar se lo debo a mi madre y a mis dos abuelas,ellas han sido mi inspiración.Pasión suficiente para seleccionar los ingredientes cuidadosamente.
Pasión por el ambiente cálido que generan los fogones en la cocina.
Pasión por las personas a las que vas a deleitar con la receta , para
transmitirles en cada sorbo todo el cuidado que le has puesto mientras
lo preparabas.Es la diferencia entre una receta correcta y una que te haga la boca agua.. Perseverante y trabajador, y actuar siempre con una clara dirección.Las dos cosas que más le gustan en la vida son “Cocinar… ¡y cocinar!”. Una de mis normas es
es respetar al máximo las raíces culinarias, a partir de ahí llegamos a una cocina evolucionada, pero con identidad propia.A mi la cocina me parece como cualquier otro arte
es respetar al máximo las raíces culinarias, a partir de ahí llegamos a una cocina evolucionada, pero con identidad propia.A mi la cocina me parece como cualquier otro arte
Hoy en día existen muchísimas más opciones vocacionales que ser abogado, contador o médico, y tu pasatiempo también puede transformarse en una profesión y medio de vida, al final hasta estudié Hosteleria y me especialicé en cocina.
Erase una vez un chaval fascinado por el mundo que existía tras las puertas de vaivén de la cocina, y desde entonces quedó “atrapado”, en una aventura gastronómica.Desde entonces no ha apagado fogones. Cada intrépido viaje ha influido en su cocina, avivando el fuego de su interior y creciendo su amor a diario por la cocina, sabe cómo crear interesantes platos basándose en el sabor y en las
recetas tradicionales, con todo su encanto para que a través de la
comida te sientas como en casa, sin aceptar la mediocridad y sin rendirnos nunca una actitud positiva.El amor por la comida y por cocinar lo heredó de su madre. Su pasión por la gastronomía no se puede cuestionar y su ansia de saber y mejorar es insaciable,en una profesión llena de obstáculos y dificultades.
En lo personal pienso que la cocina es una gran oportunidad para
expresarnos, para vivir y hacer vivir emociones a través de los sabores,
la presentación de los platos y el amor que pongamos en ellos. Cocinar
puede ser muy divertido y si tenemos como finalidad hacer feliz a
alguien, aun es más emocionante. Desde el momento que pensamos en
cocinar y hasta el momento que servimos el plato, podemos hacer de esto
una experiencia única, o bueno de cocinar es la creatividad, imaginar y crear, crear sin límites, en armonía el mejor sabor. Se empieza a cocinar en el fondo de las cazuelas, aqui, en Lima y en China, por lo tanto mi fogón es mi trampolín viajero.
La cocina es un lugar de cálidos encuentros, el aroma de la comida es
sensual, como el perfume sobre la piel, como la música… inmediatez y
poesía de los recuerdos de la infancia, de la vida, aromas
percusionistas del corazón que iluminan la memoria. Cocinar es para mí
como el amor, uno siempre quiere más. Vivo entre la pasión por la buena
mesa, la creación y la investigación gastronómica.
En cada plato, cocina como si fuera para ti mismo o para la persona que más quieres en la vida, seguro jamás te quedará mal, dar un giro a la comida internacional, con un toque especial y atrevido para que los paladares prueben siempre algo diferente.Cocinar es un arte que despierta y desarrolla todos los sentidos.
Cada uno encuentra la inspiración en nuevas y antiguas experiencias, y también de otras culturas.
Buscando nuevas maneras de satisfacer tu curiosidad, tu hambre por poner diferentes platos en la mesa, sabores de todo el mundo a mi cocina, sabores auténticos de otras culturas, una cocina sin fronteras, que el planeta sea lo más pequeño posible,cocinar para tus clientes es algo que haces con cordura y su agradecimiento se ve en sus sonrisas.
Me impresiona cada día la pasión por la cocina que adquieren los más jovenes y la habilidad que demuestran en cada uno de los cometidos que
les propongo cuando doy los cursos, sigamos aprendiendo los unos de los otros y no dejemos de considerar una formación como la de la cocina, como fundamental
Considero que el “viaje” necesario para convertirse en cocinero,
debe ser largo e intenso. A la hora de armar el itinerario, no se debe
tomar a la ligera el “trazado” de este recorrido como tampoco su
duración.Si te molestan el trabajo duro, la rigurosidad, la exigencia de tratar
de hacer las cosas mejor cada día, el compromiso que requiere ser serio,
te falta pasión. No me cabe la menor duda. Sin pasión es imposible que
te dediques a esto. Soy un convencido de que una de las claves para revertir este escenario,
es transmitir nuestras ideas mediante el ejemplo. Que nuestros
cocineros nos vean trabajando, cocinando, probando, haciendo mise en
place, limpiando, corriendo, soñando, cuestionando y preocupados por lo
que sucede en nuestras cocinas. Liderar con el ejemplo, in situ.
Sé que no es la solución a todo, pero creo que es una pata muy
importante que ayudará a equilibrar la balanza, contagiando a los que
nos rodean con nuestra pasión, para que cada vez seamos más los que nos
tomamos esto con el corazón, y que cada vez seamos más los que no nos da
lo mismo todo.
A lo largo de mi vida he vivido la pasión por la cocina de diferentes
formas. Tanto la mía como la de los demás y hoy en día todavía me sigo
emocionando cuando reconozco esa pasión en otras personas. Cuando miro a
los ojos de un joven en prácticas y noto que su sitio esta ahí entre
fogones.Saben aquello para lo que están dotados, aquello que dará sentido a sus
vidas a pesar del sacrificio, de la dureza del camino y más allá de lo
que pueda recoger el papel cuche o un minuto de gloria y popularidad.
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