domingo, 5 de julio de 2015

En las ollas y cazuelas se empieza a cocinar.

El caldero es el lugar de las transmutaciones mágicas y místicas, de las prácticas rituales y alquimistas, simboliza el cambio, la resurrección, la renovación, la consagración.Tengamos una cazuela a mano, porque dentro de ella las cosas suceden de otra forma a la hora de cocinar.De acuerdo con un prominente historiador griego Heródoto, los etruscos fueron los primeros en crear y utilizar macetas de terracota para la alimentación especial para almacenar el agua, el aceite de oliva y el vino.Los alfareros etruscos cuidado diseño ollas de barro con tapa para aumentar deliberadamente sabores en los alimentos y para acelerar la cocción. Utensilios del Renacimiento siguen existiendo en nuestras vidas. El asador para asar; la olla para hervir; la sartén para freír y la cazuela para guisar. Lo que sí han variado son los materiales de que están hechos. Nuestros ancestros utilizaban tierra y metal para fabricarlos. De la tierra surgieron unas cazuelas de barro vidriado de gran resistencia, y los metales eran el cobre, la plata y el hierro. En español cazuela aparece mencionada de esta forma en El Corbacho escrito en 1493, que teniendo la denominación origen incierto, se sospecha que es el diminutivo de cazo. Claro que estas primeras cazuelas eran usadas para servirse de un recipiente mayor y comer directamente de ellas. No se utilizaban para cocinar, sino para acercar a la boca sopas y guisos espesos. En la época donde adoraban a Odín y Thor tenía su martillo,los escandinavos ya usaban el caldero para hacer pucheros.
 El caldero es un elemento simbólico de gran importancia entre la tradición celta el gran caldero que suministra de forma inagotable hidromiel, cerveza y carne de cerdo aparece en la literatura irlandesa en las descripciones de los festines celebrados en el mas allá , en el relato “ Mala batalla de ith tuiried," el dios Dagda posee un caldero con el que nadie se siente insatisfecho, en la tradición Galesa el caldero es un símbolo funerario , el caldero tiene el poder de resucitar a los muertos, en la época del bronce final se usaban los calderos como elementos rituales se han hallado calderos gigantes de capacidades enormes de hasta cuatrocientos litros. Se cree que el mito del grial, es una cristanización del mito celta del caldero sagrado.
  La cazuela de barro es uno de los recipientes empleados como vajilla sobre la mesa más antiguos que se conocen, se elabora a base de barro alfarero. Es considerado como uno de los precursores del plato y hoy en día se emplea bien para dar un aspecto 'estético' (rústico) a un plato tradicional o para ser servido en un recipiente 'funcional' que preserva el calor. Al nombrarla solemos confundirla con la marmite francesa, siendo que ésta era y es de metal. En la Francia de la época aparece mencionada en textos como La cuisinière bourgeoise o Le Viandier del entonces afamado Taillavent. Francia no mencionaría en sus recetarios a la casserole hasta entrado el siglo XIX.La cazuela tiene tal importancia que encabeza el nombre de platos, como lo hace en su hora la paella. Que un plato sea cazuela de algo, lo que nos anticipa es que se trata de un plato en el que se empleó una larga cocción, realizada en una salsa, donde es posible que esté presente el vino en alguna forma, y donde el tiempo casi no es tenido en cuenta para su preparación. Todas son largas cocciones, que han vuelto a estar de moda.La tradición de cocinar en olla de barro disminuye, pero no desaparece. Es una experiencia de sabores que vale la pena vivirla.
 El primer utensilio de cocina fabricado en América fue una olla de hierro forjado que data del año 1642, en el estado norteamericano de Massachusetts.Esta olla, de tosca silueta, provista de tres patas, con una tapadera y una capacidad de poco más de un litro, marcó el comienzo de la industria de utensilios culinarios en Norteamérica, puesto que antes de esa fecha todos los artículos metálicos en la cocina de un colono eran de importación británica.Al tiempo que las fundiciones norteamericanas empezaban a producir ollas de hierro negro y con áspera superficie exterior, la industria alemana se orientaba hacia algo totalmente nuevo y, al parecer, muy poco práctico para las cocinas: la porcelana.
En el año 1750, el inventor Johann Heinrich Gottiob von Justy sugirió recubrir el tosco exterior de las ollas y cacerolas de hierro, con los lisos y lustrosos esmaltes utilizados desde hacía largo tiempo en joyería. Sus críticos arguyeron que la delicadeza del esmalte de porcelana no podría resistir el uso en la cocina, pero Von Justy contraatacó con el hecho indiscutible de que cientos de antiguos artefactos de porcelana, habían conservado su brillo y su dureza durante siglos, y que ciertos ornamentos egipcios databan del año 1400 a.C
En el año 1788 la fundición Konigsbronn, en Württemberg, produjo los primeros cacharros de cocina provistos de un resplandeciente acabado de esmalte blanco. Este descubrimiento inició una nueva era en los utensilios culinarios, procurando a las amas de casa una amplia variedad de utensilios que podían limpiar con mayor facilidad que todo lo conocido hasta entonces. La porcelana fue el teflón del siglo XVIII.
  La noche del 12 de abril del año 1682, los augustos miembros de la Royal Society de Londres, se sentaron para despachar una cena elaborada de una forma totalmente desconocida para ellos y para cualquiera. La había cocinado el inventor francés Denis Papin, de 35 años de edad, uno de los pioneros de la energía del vapor. Papin había sido invitado para que hiciera una demostración de la más reciente maravilla creada por él: el “digestivo de vapor”.

Papin, ayudante del célebre físico irlandés Robert Boyie, formulador de las leyes por las que se rigen los gases, había ideado su “digestivo de vapor” en el año 1679. Se trataba de un recipiente metálico con una válvula de seguridad y una tapadera muy ajustada, que incrementaba la precisión interna del vapor, elevando el punto de ebullición del líquido de cocción.En 1810. Napoleón, que proclamaba que un ejército marcha sobre su estómago, trataba desesperadamente de encontrar un medio para suministrar alimentos en conserva a sus tropas, y el gobierno ofreció un premio sustancioso a quien encontrara la solución a este problema. Introduciendo una modificación en la olla de Papin, el cocinero francés Nicholas Appert creó el primer método práctico para cocer, esterilizar y embotellar alimentos. Por haber desarrollado esta técnica de conservación, Appert ganó el premio de 12.000 francos, y sus métodos reavivaron el interés por la cocción a presión.La primera patente se concedió en Francia, en 1948, cuando M. Devedjian fabricó un modelo de cocción rápida al que llamó cocotte minute. En 1952 George Laverne perfeccionó el invento con un nuevo modelo de ollas de gran capacidad (300 litros) que llevaban un sistema de cierre especial. Este modelo tuvo un gran éxito y fue adquirido por el ejército francés.
A partir de 1978 las ollas a presión se hacen cada vez más completas y rápidas, perfeccionando los mecanismos de cierre y de seguridad, proporcionando así una mayor presión y una cocción más rápida. Lo que más ha evolucionado es la válvula. Los últimos modelos llevan un sistema llamado Food Control que además de indicar la presión evacua el oxígeno del interior de la olla. Al indicar la ausencia de presión la persona que manipula la olla sabe que puede abrirla con toda seguridad, y al cocinar sin oxígeno se consigue que los alimentos conserven intactas sus propiedades y su color natural. La revolución industrial trajo la máquina de vapor y con ella la marmita, que posteriormente fue utilizada en la industria de alimentos.
En la literatura, en las leyendas y mitologías siempre sale una olla por medio, no solo donde las brujas hacian sus pocimas.
 En el Quijote, podemos leer "Como hidalgo acomodado que era, tenía la comida asegurada y de ello huye buscando aventuras. una olla algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos (huevos con tocino) los sábados, lentejas los viernes y algún palomino de añadidura los domingos…”
En las leyendas con ollas destaca la queimada, su origen se pierde entre las sombras del secreto impenetrable de las meigas. Guardada en la más estricta intimidad no vio la luz a la sociedad profana hasta mediados del siglo XX. La queimada es una pócima pagana, mezcla de medicina y magia, con la que se curan los males del alma, esos males que los gallegos llamamos "meigallo" y los modernos siquiatras llaman depresión, es también un brebaje que usamos para espantar los malos espíritus o, como haremos hoy, para atraer a los buenos y grandes espíritus de entre las llamas para que nos acompañen en el duro peregrinar por este laberinto de dudas que es la propia vida.En las culturas celtas, las llamadas culturas castreñas, desconocían la escritura y nos dejaron su herencia esculpida en la piedra, en los petroglifos abundan los símbolos espirales y sobre todos ellos destaca uno, el llamado TRISQUEL,  es una especie de cruz con tres cabezas, son muchas sus interpretaciones, pero la más común y extendida es que representa los tres elementos básicos de la vida del hombre: LA TIERRA, EL AGUA Y EL FUEGO.LA TIERRA: simbolizada en la queimadeira o pote de barro, esa tierra origen y destino del hombre, está presente en todas las culturas; La Tierra simbolizada en las diosas madres, Gea, Isthar o Pachamama o como leemos en el génesis del mito judéo-cristiano: "El sexto día cogió un trozo de barro y con un soplo hizo al hombre a su imagen y semejanza"
EL AGUA: cada gota de aguardiente, es una lágrima de la madre Tierra germinada en forma de granos de uva, sangre fecunda que se fundirá en nuestro cuerpo a través de la pócima, uniéndonos a la tierra de nuestros ancestros, a nuestra historia.
EL FUEGO: Que danzará libre en el barro prendido en aguardiente nos servirá, como antaño, para purificarnos, alumbrarnos y calentarnos.

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