sábado, 20 de junio de 2015

Alergia o intolerancia a la lactosa.

Para este blog he pedido ayuda a una series de amigos que conocen el tema mejor que yo, así que se lo han currado y me han pasado los datos, así de paso aprendo yo también, hoy en dia los cocineros parecemos ya médicos, tenemos que estar preparados para cualquier situación que se nos presente en el restaurante.Mi consejo es que exijan ser atendidos acorde a sus alergias, ya que tienen derecho a disfrutar de una buena comida con su cuadrilla en cualquier restaurante. Empecemos.
Confundir la alergia con la intolerancia a un alimento es algo común el diagnóstico, tratamiento y la evolución de cada una de ellas son muy diferentes.
La lactosa es un tipo de azúcar que se encuentra en la leche y otros productos lácteos. El cuerpo necesita una enzima llamada lactasa para digerir la lactosa. La mayoría de las personas con intolerancia a la lactosa no tienen que dejar de comer o beber leche o productos lácteos. Es posible que usted pueda tolerar la leche y los productos lácteos si
La intolerancia a la lactosa se presenta cuando el intestino delgado no produce suficiente cantidad de esta enzima.
La alergia alimentaria se produce cuando el sistema inmunitario de una persona desarrolla hipersensibilidad a un alérgeno alimentario de modo que si esa persona ingiere el alimento puede sufrir alguno de los siguientes síntomas:
Urticaria.,Hinchazón deformante de los párpados, los labios o las extremidades.Mareo o pérdida de conocimiento.Dificultad respiratoria, incluyendo el cierre de la glotis con el riesgo de sufrir asfixia.Dolor abdominal, vómitos, diarrea.
Las personas que padecen intolerancia a la lactosa sí pueden consumir algunos productos lácteos porque su concentración en lactosa es menor, como los yogures, y también alimentos creados específicamente bajos en lactosa (leche, yogures, quesos, etc.).Es muy infrecuente que la intolerancia a la lactosa sea peligrosa y es muy común en los adultos. La intolerancia a la lactosa se puede presentar en el momento del nacimiento, desarrollarse en la infancia cuando se introduce la leche de vaca en la dieta o más tarde en la etapa adulta. La mayoría de la población mundial adulta tiene déficit de lactasa excepto la población del norte y centro de Europa. Parece que existe una clara relación causa - efecto entre el hábito de tomar leche y los pueblos tradicionalmente ganaderos (suecos, holandeses, ingleses...), que se han alimentado generación tras generación con leche de los animales; ya que presentan menos casos de intolerancia a la lactosa. Por el contrario aquellos países no acostumbrados al consumo de leche de animales presentan mayor intolerancia a la lactosa (asiáticos, americanos, esquimales...).
 La intolerancia a la lactosa y la alergia a las proteínas de leche son dos trastornos distintos pero a menudo tienden a confundirse. La alergia a las proteínas de la leche es una enfermedad caracterizada por una respuesta exagerada del sistema inmunitario (defensas) a las proteínas de la leche, principalmente a la betalactoglobulina y caseína, la primera no se encuentra en la leche materna. Mientras que la intolerancia a la lactosa aparece cuando no se puede digerir adecuadamente la lactosa por déficit de lactasa. Una enfermedad que comprometa o lesione el intestino delgado puede provocar que se produzca menos cantidad de la enzima lactasa. El tratamiento de estas enfermedades puede mejorar los síntomas de la intolerancia a la lactosa. La intolerancia a la lactosa significa que no hay suficiente enzima (lactasa) en el intestino delgado para romper toda la lactosa consumida. La lactosa digerida parcialmente o no digerida pasará al intestino grueso y es allí que es descompuesta por las bacterias del intestino grueso, generando las sustancias de desecho Hidrógeno (H2), Anhídrido carbónico (CO2), Metano (CH4) y ácidos grasos de cadena corta que provocan todos sus síntomas: dolores, hinchazón abdominal, diarrea, etc. También es conocida como intolerancia a productos lácteos, deficiencia de disacaridasa, deficiencia de lactasa, intolerancia a la leche.
  Leche, queso fresco, cuajada, petit suisse y otros lácteos (natilla, flan, arroz con leche, postres lácteos que no necesitan frío...), batidos de sabores. Charcutería (salchichas comerciales y embutidos, etc.).
Purés y sopas elaborados o enriquecidos con leche o lácteos. Pastelería y repostería: crepes, bollos, bizcochos, galletas, pastas, etc. Mantequilla, nata, margarinas sin especificar si son vegetales 100% o llevan contenido animal o leche. eche de vaca: chocolate con leche, sugus, productos de bollería, pastelería y repostería rellenas. Precaución con los ingredientes y aditivos de orígen lácteo. Aunque no tienen relación con la lactosa puede existir una contaminación cruzada de lactosa al tener un mismo origen lácteo. Debemos contactar siempre con el fabricante para que nos garantize que no existe una contaminación cruzada de lactosa y que sean aptos para los intolerantes.Es aconsejable leer atentamente las etiquetas de los alimentos. En la etiqueta se encuentra una lista de ingredientes donde el orden de la lista indica la cantidad del ingrediente; es decir, los ingredientes que se encuentran en más grandes cantidades están escritos primeros en la lista, mientras que los que están en pequeñas cantidades se encuentran al final de la lista.La falta de leche en la dieta puede producir falta de calcio, vitamina D, riboflavina y falta de proteínas. Por ello se sustituye por leche de soja y otras veces con productos lácteos tratados con lactasa.Los lácteos constituyen una importante fuente de calcio, necesario para la salud los huesos, y también de algunas vitaminas, proteínas y ácidos grasos que facilitan el crecimiento en niños y adolescentes. Si la intolerancia no es muy fuerte, puede no ser conveniente eliminar del todo los lácteos. Y en caso de tener que hacerlo, para evitar el déficit de esos nutrientes, es imprescindible enriquecer la dieta con otros alimentos ricos en calcio y otros nutrientes. Eviten el autodiagnóstico, pues la casuística de esta enfermedad es variada y personal.Enriquecer la dieta con otros alimentos ricos en calcio, vitamina D, rivoflavina y proteínas: están presentes en verduras como las espinacas, la acelga o el brócoli; legumbres como las judías blancas, las lentejas y los garbanzos; la yema de huevo; pescados como la sardina, el salmón y el lenguado; las gambas y todos los frutos secos –excepto la castaña- constituyen excelentes fuentes naturales de los nutrientes que contienen los lácteos.
 Experimenten en la cocina, busquen recetas libres de lactosa que puedan prepararse en casa.

INTOLERANCIA A LA LACTOSA ALERGIA A LAS PROTEINAS DE LA LECHE DE VACA
Intolerancia/ Alergia Lactosa (azúcar de la leche) Proteínas de la leche
Población afectada Principalmente en adultos Primeros 3 años de vida.
Excepcional en adultos
Causas: 1.- Genéticas
2.- Secundarias (infecciones, quimioterapia, cirugías, antibióticos, enfermedad celíaca o enfermedad inflamatoria intestinal). Reversible
Genética ( mayor transmisión si existen antecedentes de alergia en la familia)
Trastorno Aparato digestivo: déficit de lactasa (enzima digestiva) Sistema inmunológico: respuesta aumentada contra las proteínas de la leche
Síntomas: Dolor abdominal, gases, retortijones, enrojecimiento perianal, hinchazón, acidez, diarrea, defecación explosiva, náuseas. Cutáneos: rash, urticaria, eritema labios y párpados Digestivos: picor lengua, pladar y garganta, diarrea, sangrado en las heces, cólico abdominal, rechazo al alimento Respiratorios: rinoconjuntivis, asma, sibilancias Anafilaxia
Método diagnóstico Test de hidrógeno espirado
Test sanguíneo, genético y/o biopsia intestinal
Test de Gaxilosa
Prick test
Inmunoglubulina E en sangre Prueba de exposición o provocación con leche
Tratamiento Supresión de alimentos con lactosa
Causas secundarias: tratar enfermedad de base que lo condiciona
Supresión de los lácteos
Sustituir la leche por fórmulas especiales: fórmulas extensamente hidrolizadas sin lactosa (proteínas partidas), fórmulas a base de soja.
Recomendaciones dietéticas y medidas generales Ingerir alimentos ricos en calcio como sardinas, salmón gambas, espinacas, tofu, judías, brócoli.
Evitar productos industriales y/o medicamentos con lácteos de conservante: bollería, congelados, embutidos, productos precocinados
Exponerse al sol para la absorción de vitamina D Ingerir según grado quesos curados y yogurt
Suplemento de lactosa en ocasiones especiales
La madre no debe ingerir lácteos ni sus derivados
Evitar productos industriales y/o medicamentos con lácteos de conservante: bollería, congelados, embutidos, carnes procesadas (salchichas, patés), margarinas, helados, salsas, algunos fiambres cereales enriquecidos, sopas instantáneas, alimentos y comidas preparadas, medicamentos con lácteos.
Mejoría sintomática Cumplir la restricción dietética según grado de intolerancia
Reversible la intolerancia como causa secundarias al tratar enfermedad de base 
Cumplir la restricción dietética
se presenta mejoría, reintroducir progresivamente la leche de vaca (casi siempre a los 4 años de edad) 

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