martes, 3 de mayo de 2016

Las lentejas, esta es su historia.

 Los primeros indicios de su cultivo datan de unos 7000 a 9000 años de antigüedad!  Aseguran los investigadores que comenzó en  Israel. Igual por eso el dicho de "lentejas comida de viejas, quien las quiere las come y quien no las deja".
En la cuenca del Eufrates se han encontrado rastros de su consumo que datan de hace 10.000 años. En la historia de la humanidad, y muy especialmente en el área mediterránea, las legumbres han sido siempre claves por su riqueza nutritiva, sobre todo por su contenido proteico que, junto con los cereales de la dieta, suponían un aporte proteico de calidad en épocas de penuria alimentaria donde la carne, los lácteos y el pescado eran bienes escasos y mal distribuidos entre la población. 
 El plato por el que según la Biblia, Esaú vendió su promogenitura a Jacob era un guiso de lentejas con arroz.
Hagamos aquí un pequeño inciso y recojamos esta historia, ya que en teoría es por lo que se conoce como Esaú los platos elaborados con esta legumbre.
Según recoge el Génesis, Isaac, hijo de Abraham, tuvo dos gemelos con Rebeca: Esaú y Jacob. Esaú, favorito de su padre, era un enérgico muchacho amante de la caza. Jacob, preferido de su madre, tenía un carácter apacible y hogareño. Un día que Esaú regresaba cansado de cazar, vio que su hermano menor había preparado unas reconfortantes lentejas. El desfallecido Esaú hizo una petición a su gemelo: “te ruego que me des a comer ese guiso rojo, pues estoy muy cansado”. Jacob le propuso cederle las lentejas a cambio de la primogenitura, y el hambriento Esaú aceptó al instante. A Jacob solo le faltaba obtener la bendición de su padre, para lo que contó con la ayuda de Rebeca. Un día que Isaac pidió a Esaú que cazara alguna pieza para comer, Rebeca mató dos cabritos, los guisó como si fueran conejos, y se los dio a Jacob para que se los ofreciera a su padre simulando ser su hermano mayor. El engaño surtió efecto, e Isaac bendijo a Jacob, que obtuvo así la primogenitura.
Para mi una de las variantes que más me mola es la Puy, procede de la región francesa de denominación homónima y se dice que es la favorita de los cocineros por su exquisito sabor y porque es una de las pocas que se mantiene entera tras cocinarla. 
Lo dicho este es más o menos el rollito histórico de las lentejas, al igual que el dicho, quien quiere lo lee y quien no, pues a otra cosa mariposa.

Lentejas clásicas con chorizo.

1 cebolleta picada
1 puerro picado
1 zanahoria en dados pequeños
1 hoja de laurel
2 cucharadas de salsa de tomate, no tomate frito, casero por favor.
1 pizca de pimentón dulce de la vera, si tienen ahumado mejor.
1 chorizo fresco con una pizca de picante
600 g de lentejas
Agua o caldo de ave.
Aceite de oliva y sal
2 dientes de ajo picados
1 guindilla

En una olla, ponemos aceite y ponemos a jugar la cebolleta, el puerro y la zanahoria, cuando estos tres sean coleguitas, incorporamos el laurel, rehogar, ya saben que toda la cocina empieza en el culo de la olla, ponemos sal.
Añadir tomate,pimentón y el chorizo,  damos unas vueltas, metemos las lentejas y presentamos el caldo.
Cocer unos 45 minutos.

En una sartén, así hacía abuela y así les cuento, hacer un sofrito de ajos y guindilla, tirarlo sobre las lentejas.
Sacar el chorizo y cortarlo en rodajas, que volveremos a meter en la olla, fiesta terminada.

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