viernes, 6 de mayo de 2016

Falsedad e hipocresía, todo tiene su fin.

Hemos creado un monstruo, si esto es el futuro de la profesión que paren un segundo para bajarme.
Restaurantes con estrella en los que firmas por contrato confidencialidad, nada de fotos ni de recetas. Clientes que si les invitas al vino te ponen crítica positiva, o a la inversa, en TripAdvisor. Críticos gastronómicos que se suben al barco de la "Mafia". Cocineros profetas, inmersos en el secretismo de sus formulas, pendientes de ganar premios, de hacer una cocina sofisticada, tanto que confunden. Proveedores que traspasan la frontera, se sitúan en el límite del bien y del mal, ¿recuerdan la canción?, en vez de una caja de vino sin cargos te regalo cinco críticas positivas en TripAdvisor, esto pasó en Italia.
Si no me creen, naveguen por internet, lean artículos de prensa, cocineros europeos denuncian falsas críticas, ya han ganado algún juicio. Sergi  Arola  cierra por impagos a Hacienda, Koldo Royo cierra su Estrella Michelín y se pone un camión de hamburguesas frente a Makro, ¡ole sus huevos!, será mi próximo héroe, una vez le leí dos frases que igual refuerza este escrito, " cuando le hice Marmitako al Rey, yo era un genio, si no fuera para él, me dirían que hago guiso de papas. "Ahora por vender hamburguesas y perritos soy la vergüenza, si lo hace Adrià es ¡la hostia!.
  Tristeza es lo que me da cuando veo en lo que se convierte esto, en ver que todos agachan la cabeza y siguen la estela por miedo al fracaso, o peor miedo a una mala crítica, en algunos casos, miedo a perder una Estrella Michelín y, acaban pegándose un tiro en la cabeza o saltando de un puente.
Llamenme romántico si quieren, pero sigo defendiendo el compartir recetas, sigo defendiendo de donde venimos, ¿o solo yo recuerdo a mi abuela?, sigo diciendo que hace 20 años eramos gente uniformada, metidos en una cueva, sudorosos y llenos de grasa, porque esa es la realidad, no creo en un mundo místico, ni en la receta perfecta, ni en premios, ni en críticas, (ni positivas ni negativas), creo en la sonrisa del cliente, en las recetas de compartir y en las fiestas de guardar. Llegará el día en el que se abran las puertas del infierno y saldrán los cocineros cacerola en mano.
¿Recuerdan por que se hicieron cocineros?, ¿Recuerdan los críticos este mundillo antes de la Michelín?.
Evidentemente esta profesión evoluciona como todo en la vida, lógicamente los productos suben y la calidad se paga, pero no con falsedad ni hipocresía, no con chantajes ni amenazas, mucho menos con ese secretismo actual, que curiosamente es lo que se criticaba cuando empezábamos de aquellos jefes de cocina que hacían las salsas a la escondida, ¿lo han olvidado?.
Cuando esta profesión vuelva a ser lo que era, tarde o temprano dejara de ser un circo mediático, veremos cuantos se tiraran de los pelos por no haber aprovechado este tirón mejor.
Señores somos cocineros no Panoramix creando aquella fórmula, en la que se metió Obelix, para que los galos fueran invencibles y no los conquistaran los romanos.
Que conste que en mi casa el cubierto está entre 25-30€, que hago una cocina con influencia asiática algo que muchos cocineros critican y sinceramente les doy la razón si creyera en fronteras, no es el caso. No entro a chantajes ni juegos mediáticos, sigo en la linea que aprendí del Respeto y Humildad, me gusta mucho la labor de Joan Roca, la puesta en marcha de Mario Sandoval, el empuje de Martín Berasategui, la claridad de Jamie Oliver, tantos y tantos, pero lo que no me gusta es en lo que se está convirtiendo esta profesión.

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