martes, 2 de agosto de 2016

Un día en la parrilla de las Nieves.

Para un palmero el 5 de Agosto es un día especial, es cuando celebramos el día de nuestra patrona, la Virgen de Las Nieves, en vista de eso y de mi visita a La Palma, después de darle mil vueltas a la cabeza, puse el GPS y en el destino Parrilla de las Nieves, justo al lado del Real Santuario Insular de Nuestra Señora de las Nieves.
Según llegué en mi pensamiento estaba esa leyenda en la que se ve envuelta mi patrona, a su vez mis recuerdos de esa parrilla que a lo largo de los años se ha convertido en un clásico palmero y casi una visita obligada, teniendo en cuenta los años que llevo fuera de la isla bonita, me preguntaba si me iba a encontrar ese grato recuerdo o si me iba a defraudar ya que como todos saben esto de la cocina va en recuerdos y aquí empieza mi vivencia (crítica dirían otros).
Cuentan las crónicas que en esta casa siempre ha habido buenas carnes, que su parrillero tiene mano y que ejerce este rollito de la brasa como los grandes maestros, siendo un local con tanto pedigrí era imposible fallar en nuestra elección, dicho esto al lío, que me pierdo.
Una carta sin complicaciones, sabiendo lo que se traen entre manos lo más sensato es ir a tiro hecho, de esta manera el comensal disfruta seguro y háganme caso es uno de esos sitios para ir con calma, anudarse la servilleta al cuello y prepararse a sentirse más palmero que Tanausú, empezamos con un queso asado con mojo, estando en La Palma sería acto de sacrilegio no disfrutar de éste plato y como no podía ser de otra manera unos chicharrones, crujientes, en su punto exacto y lo más importante sin exceso de gofio, muchos pecan en este sentido. Empezamos de la mejor manera, seguimos con una sopa de garbanzos y otra de picadillo, dos platos que les prometo recuerdo como desde que solté el biberón, no nos fallaron, punto exacto en su cocción los garbanzos y la sopa muy sabrosa, ¡abundante!.
En el sigue, una parrilla de carne de cerdo y pollo, aquí haré un inciso, cuando trabajé en la parrilla argentina aprendí un secreto para conocer al buen parrillero, la carne al momento debe estar jugosa, sabrosa y caliente, si esa carne la comes horas después debe estar jugosa, sabrosa y fría, por lo tanto y hecha esta prueba antes de comenzar a escribir puedo dar fe que misión cumplida. Pedimos una de carne de cabra y tampoco nos defraudó, punto exacto, picante correcto y la salsa no diluyó su sabor, chapó.
Soy un cliente difícil puesto que como cocinero que me exijo pues también exijo y sinceramente no puedo buscar un pero, puesto que dentro de lo que es un restaurante clásico lo clavaron.
El servicio fue simplemente espectacular, eso se sabe cuando está todo en orden y no te has dado cuenta de que te han servido, es decir, el camarero pasa desapercibido, misión cumplida, muy correcto, muy educado y las palabras necesarias para llevar a buen puerto esta complicidad que existe entre profesional y cliente en el espacio de tiempo que pasamos en esta casa. Llevé conmigo a mi sobrino, de 4 años, fue tratado como un adulto y a mi pregunta de si había disfrutado y comido bien, fue un sí tajante y ¿Quién soy yo para llevarle la contraria?.
Si van de visita a La Palma o si son palmeros, creo que en el momento que inclinen en un acto de fe la rodilla pidiendo la bendición a la Virgen de las Nieves, según salgan giren a la izquierda, entren en la parrilla y disfruten, seguro no se arrepentirán, calidad- precio es muy correcto.

Pueden ir en paz, den las gracias a la patrona, ¡Amén!.






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