viernes, 19 de agosto de 2016

Un día de mercado, que alucine.

Queridos amigos, paseen entre huertas, charlen con los proveedores, contemplen los estantes atestados y disfruten, porque ninguna comida es buena si no puede uno reflejarse en ella con placer.Nada hay mejor que buscar refugio en los paisajes de tu niñez, y uno tiene la suerte de poder vivir sumido en ellos. A estas alturas de la película todo el mundo me tiene calado, pero no está de más recordarles que cuando la cocina sabia innova, crea e imagina, se arriesga también a caer en la complicación inútil, o en un peligroso barroquismo que incita a los verdaderos aficionados a retornar periódicamente a la cocina de la tierra,una cocina gozosa que renueva los votos de los viejos cocineros que nos enseñaron a guisar, pero empapada de un refinamiento y una estética de flipar en colorines. Así de simple es este rollito, por lo tanto al lío hoy toca lo principal y primordial para cualquier cocinero, el género, si compras calidad seguro será más fácil clavar la receta, hasta me salió la frase acorde a estos días con las olimpiadas de por medio. Un paseo mañanero por el mercado de tu ciudad o pueblo, de esos en los que dejas la tarjeta tiritando, pasas por las distintas fruterias, por los queseros y carniceros terminando en el coleguita que vende las especias, puedes acabar loco por no saber que elegir, así que con templanza y con rostro de seguridad le dices, un poco de cada, no tengan miedo, eso les obligará a cocinar.En mi caso suelo ir por el Mercado de África de Santa Cruz de Tenerife, como habrán imaginado voy acompañado de la persona encargada de llevar los dineros que decía mi abuelo, seguro no cometo una locura, su es fresco y huele rico compro.Es una experiencia vital única, ver al carnicero deshuesador en mano con la habilidad típica de un cirujano despiezar, el quesero explicarte de donde viene y como se hizo este queso o el otro, ¡uno palmero y otro majorero!, ya le daremos uso, al de las especias, ¿que mezcla exótica me tendrá reservada para hoy, a parte del curry y del pimentón ahumado, algo que no puedo evitar comprar, "amiguito" le tengo hoy una mezcla para hacer un adobo canario, mire que color y aroma", me dice, como para decir que no, luego el café, despacito y con calma, analizando el ir y venir de la peña, muchos con prisas otros a su tema y tu pensando, andando y a la pescaderia, ¿quien no se le pasa bomba ahí adentro, "abadejos,cherne,viejas,corvina,sardinitas de las prohibidas, camarones y alfonsiños,¡esta es la mía!.De ahi saliendo a la derecha encontramos el quiosco, una cervecita y un montadito, mientras a nuestra espalda unos salados que nos llaman cual canto de sirena, un par de kilos de bacalao y algun otro de corvina que con esta última tiraremos para hacer un gran sancocho.
Acto seguido a por la fruta y la verdura, que colores, que belleza, elegimos con mucho cuidado, comprobamos que esté en perfecto estado, no vale cualquier producto, recuerden con ello vamos a cocinar para nuestros clientes.
Terminado este recorrido pasamos por el super asiático, ya saben que me mola esto y luego por las especialidades, en serio lleven alguien que les aguante la cartera y compren con moderación.
Benditos mercados,¡Larga vida a la vieja escuela y sus roqueros!
P.D. Ni un solo taco.



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