domingo, 7 de agosto de 2016

La Palma, la isla de los mil y un motivos.


La Palma es uno de esos lugares a los que uno siempre vuelve, tarde o temprano, para recrearse en su esencia, tan viejuna como atemporal.
 Son vestigios del pasado, lo sabemos, pero uno aún sueña con que hay cosas que nunca han de cambiar.
De esta bonita isla han salido grandes vinos, como las literarias malvasías, sus mojos de reconocimiento mundial, uno de mis entrantes favoritos el escacho, no puedo olvidarme de los conocidos postres de Matilde Arroyo, el bienmesabe y el príncipe Alberto, el potaje de trigo en Garafia, los calamares que hacían en el Remo, el pescado en casa Goyo  o en Puerto Espíndola, la cerveza fría con bonito en Tazacorte, los quesos, el ron de Los Sauces, los almendrados en Fuencaliente, sabores y olores que no se difuminan con el paso del tiempo.
Hay restaurantes que puedes nombrar como la alineación de tu equipo favorito, como el Chipi-Chipi, La Parrilla de las Nieves, Los Almendros, Casa Asterio o el Bernegal, Casa Goyo  o Casa Pancho, La Bodega Tamanca, clásicos en el recorrido de cualquier palmero o visitante a la isla, otros que hacen un gran trabajo como el Asador de el campesino en Barlovento, El Mesón en Breña Alta... Me dejo mil y uno en el tintero, lo sé pero prefiero descubran y no descubrir ese mágico secreto cual transformación de los enanos en Bajada de la Virgen.
Ahora es un momento de angustia a causa de ese horrible fuego que sufre esa hermosa isla y los que estamos por fuera vivimos en estado de impotencia y con los ojos aguados constantemente, pero el pueblo palmero es un pueblo fuerte y luchador, va en la seña de identidad desde época de Tanausú, por ello mis recuerdos gastronómicos, ya saben barriguita llena corazón contento.
Volviendo a lo nuestro, no pueden dejar de visitar esta isla no solo por su belleza sin par que dice la canción, si no por su gastronomía tan rica y variada, descubran nuevos rincones donde comer una rica carne o un sabroso pescado, de disfrutar con sus verduras y frutas, de sumergirse en sus postres olvidando el tema del azúcar.
Hasta un gran café en El Café Don Manuel, en una de las más emblemáticas calles, la calle Real, esa donde no puedes dar diez pasos sin saludar a veinte, lo dicho Rayco y su equipo les harán transportarse a diferentes países mediante su café y creanme estos chicos saben lo que se hace.
Hemos hecho un menú completo, un recorrido fantástico y sin decir que no importa la época del año que elijan siempre encontrarán un gran motivo para volver, si no lo tienen, puedo decirles los indianos en Carnaval, los enanos o el minué, la fiesta del diablo o el almendro en flor... Descubranlo  ustedes.
Dado un paseo por tan linda isla, con el corazón a mil por hora, con mil y un recuerdos pasando por mi cabeza, solo puedo decir...
Pueden ir en paz, visiten esta isla bonita, recen a la Virgen de las Nieves, ¡Amén!.

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