lunes, 5 de septiembre de 2016

Un día en... La Factoria Da Luiggi



Hacia tiempo no me divertía tanto en un italiano, una cocina que me apasiona y me trae grandes recuerdos, entre ellos el gran Gianni Batista mi gran mentor en esta cultura gastronómica. En una charla con el equipo de este local me contaban algo que siempre he defendido y por ello me lanzo a escribir estas lineas.
Primero por desgracia un alto porcentaje de españoles ni sabe ni aprecia la cocción al dente, les gusta pasada y en mi modesto entender es terrorismo. Segundo las normas sanitarias vigentes nos impiden comer el que quizás sea mi plato favorito de la cocina italiana, la pasta carbonara, una verdadera lástima tener que comerla con nata en lugar de esa crema untuosa que forma la emulsión de el huevo y el parmesano, con ese toque de pimienta y la panceta crujiente, pero esta es otra historia.
Estos chicos defienden el más puro estilo italiano y han sabido dar el toque exacto para que el canario disfrute sin la necesidad obligada de romper su cultura, recuerden que en la época de el Cesar los romanos daban chola conquistando todo lo que se ponía a su paso con la excepción de una pequeña aldea gala, pillando géneros, ideas y por supuesto cocineros de cada lugar que invadían, luego Marco Polo llevó la pasta desde China y un poco más adelante un pastelero creo un plato para la reina Margheritta que recibió el nombre de Pizza.
Hoy un paseo por La Factoría Da Luiggi.



Aprovechando mi día libre y estando de trabajo de oficina se me ocurrió salir a un restaurante cercano en Santa Cruz así que me acerqué a Da Luiggi, en la Avenida Venezuela, me levanté con esa vena italiana hoy, quizás porque echaban un documental de Al Capone, o por nostalgia de mis inicios,ve tu a saber, llegué y dije por qué no escribir sobre estos chicos, pedí en base a mi intención y como iba acompañado me fue muy fácil, unas pizzas (peperoni y napolitana), unos Carbonara (aquí mi lucha contra las normas, por Dios, dejen cocinar como realmente es, no nos prohíban disfrutar de este manjar) y una Lasaña con ragú, señores las medidas de estos platos son brutales, me acordé del recientemente fallecido Bud Spencer y aquellos platos de pasta que se metía entre pecho y espalda, de precio acorde a lo que es este tipo de restaurantes, recuerden lo primero que aprendí de esta cocina es que con harina y agua nadie se hace pobre.
Las pizzas con una masa perfecta, con salsa de tomate artesanal y nada de tomate frito, mozzarella y el genero exacto, lo chavales disfrutaron, la carbonara en su toque y la pasta al dente, la lasaña contundente, pasta fresca, ragú bien sazonado y ¡con pasta fresca!.
Mi primera visita y amenazo con volver, el atendimiento genial y eso dicho por los chavales, los que tienen hijos entenderán a lo que me refiero, en lo personal y profesional, camarero que hace su trabajo y pasa desapercibido es el que cumple a la perfección.
El pizzaiolo bueno es el que estira masa sin tontería, y la pizza genial es la que veta tomate con mozzarella, por lo tanto lo dicho al principio, me divertí mucho.
Les dejo con mi sensación del almuerzo de hoy ¡Veni Vidi Vinci!.




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