lunes, 8 de enero de 2018

Una de ropa vieja o una de conejo, nuestro último rollito.


Comenzamos año nuevo, y aunque uno tiene el estómago como la cabeza de Filemón después de una ocurrencia de Mortadelo, seguro que piensan que a buen seguro los muy cabrones de esta web no traen idea sana, me regalo mi particular homenaje acercándome al lugar más mágico y placentero que hay por estos lares, mi cocina, haciendo una receta diferente a lo habitual.
Para comer conejo como un auténtico rey de la selva no hace falta ir muy lejos ni complicarse la vida, solo se necesita un lugar donde dar rienda suelta a nuestro lado salvaje, donde tengamos confianza, sin temor a recibir gato por liebre, seguro si elegimos bien será un lugar sin gilipolleces, hay lugares imán, a los que uno siempre aspira volver porque te tratan como dios, disfrutas comiendo sin amaneramientos ni pijotadas, y sientes, nada más traspasar el umbral, una ráfaga de calor hogareño que te da un escalofrío en el espinazo y te hace asegurar, ¡que suerte vivir aquí!.

Sabrán, y si no lo saben ahora mismo les cuento, que en estas tierras dos platos de renombre son la ropa vieja y el conejo en salmorejo, así que un servidor pilló lo mejor de cada casa y construyó un piso nuevo, ¿por qué?, pues porque se puede, porque Escofier está en su pijama de madera y me da igual lo que digan las leyes no escritas de esos gurús gastronómicos. Nuestra receta de hoy Ropa vieja de conejo. Así que vayan y gocen de esa cocina sin bobadas compuesta por una selección de lo mejorcito de nuestra cesta de la compra, acomodados con austeridad y brillante sentido del gusto, ¡así que si tienen gusa de cocina de verdad, ya están tardando!. Hagan la receta con la ventana abierta, los vecinos disfrutan en la calle y si no hay verbena se la inventan.
Receta amoldada para poder resolverla fácil en casa.

ROPA VIEJA DE CONEJO Y PANCETA.

2 cebollas.

1 puerro.

1 kilo de garbanzos.

¾ kilos de conejo.

¼ kilo de panceta.

1 pimiento rojo.

1 pimiento verde.

1 cabeza de ajos.

1 cucharada pimentón.

1 vaso de vino blanco.

Tomillo y laurel.

Agua.

Sal y pimienta.

Hebras de azafrán.

Acompañaremos con huevo duro y papas fritas.



Troceamos y doramos el conejo en una olla, lo mismo con la panceta y reservamos. Pelamos y cortamos en juliana, las cebollas,los ajos el puerro y el pimiento, que pondremos a pochar en una sartén, con un poco de aceite. Una vez pochados, añadimos el vino blanco, dejamos al fuego medio unos cinco minutos. Incorporamos los garbanzos precocinados y el resto de ingredientes, terminando con las carnes, ¡dios qué ricura de rechupeteo!, esto es para curarte de una anemia.
Lo dicho, aquí defendemos una cocina de andar por casa sembrada de actualidad y raíces tradicionales, guisados a la manera de siempre pero con una mano del copón.

Uno vuelve y el estilo de la casa se mantiene no solo intacto sino reforzado, recreado en su propia esencia, elegante, estiloso, culto, una cocina de imposibles, amiga del juego y los contrastes, que sabe provocar con una sutileza exquisita al comensal.Seguro se divertirá, porque lo excelso no está reñido con la ironía y el sentido del humor, amplitud de miras y cintura que en esta casa, es decálogo de cabecera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario