miércoles, 20 de julio de 2016

Las arvejas, clásico canario.

Los guisantes se han encontrado fosilizados hace mas de 10.000 años, y se sabe con exactitud que se consumen secos desde hace unos 5.000 años. En Canarias se utilizan en un plato que gusta a niños y mayores, las arvejas.
Las vainas de los guisantes empiezan a aparecer entre el invierno y la primavera y se recolectan antes de su madurez cuando tienen un color verde, cogiendo una textura suave y un sabor dulce. La arveja es un alimento oriundo de Oriente Medio y de Asia Central, donde se cultiva desde hace miles de años y forma parte de numerosos platos típicos de la gastronomía de los países orientales y Canadá hoy en día es el máximo productor. Conociendo ya su historia paseemos un poco por Canarias.rando el almuerzo.
Las arvejas, chícharos, guisantes, tirabeques o bisaltos, parecen prácticamente lo mismo, con pequeñas diferencias, tanto por la forma de las vainas o semillas, que según su variedad unas son más lisas y redondeadas y otras más rugosas y planas o por su procedencia, que según el lugar se les denomina de una manera u otra.
Por estos lares da igual invierno que verano, es un compuesto, guiso o salsa como más les mole llamarlo y normalmente se acompaña con huevo duro y papas fritas. Y si no lo habían notado la arveja  en Canarias es lo que en otros lugares llaman guisantes, así de paso van aprendiendo nuestro léxico que es realmente particular, en otras ocasiones les he hablado de el baifo (cabrito), de el gofio (harina de trigo tostada), etc.
Vamos con la receta, manos a la obra.
1 kilo de arvejas.
2 cebollas.
1 pimiento verde.
1\2 cabeza de ajos.
Una cucharada de pimentón.
1 hoja de laurel.
Un pellizo de orégano y otro de tomillo.
Pimienta negra al gusto
100 gr de chorizo
150 gr de panceta.
80 gr de bacón.
80gr de jamón.
1 vaso de vino blanco.
1 vaso de agua.
Sal.
Huevo duro y papas fritas como acompañamiento.
Arrancamos con el ajo y cuando empiece a bailar le añadimos la cebolla y el pimiento, todo bien picado, cuando se hagan amigos dentro de la cazuela añadimos la panceta, dejamos unos minutos e incorporamos el vino blanco, el pimentón, laurel, tomillo y el orégano. Aquí ya estará la fiesta montada, empieza a fraguarse ese complot a la espera de los guisantes para empezar a liarla parda, así que no demoremos más y para adentro los boliches verdes. Sal, pimienta, agua y el chorizo junto con el bacón, dejamos cocinar todo muy despacito, casi al final metemos unos daditos de jamón serrano. Dejamos reposar, servimos, decoramos con el huevo y las papas fritas.
Después de esto a confesarse, les prometo es uno de los mayores pecados.
¡Pueden ir en paz, demos gracias a Dios y las arvejas sean nombradas patrimonio de la humanidad!.

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