viernes, 20 de noviembre de 2015

Maquinaria de cocina e inventos inútiles para cocinas.


La historia de la gastronomía y la alimentación revela la estrecha relación de ésta con la evolución del hombre en su proceso de civilización.
Nuestro mundo está cambiando, las culturas y las economías están haciendo nuevas demandas.
El conocimiento que tenemos de los utensilios de cocina antes del desarrollo de la cerámica es mínimo debido a la limitada evidencia arqueológica. El problema de cocer los alimentos y manipularlos se han solucionado de diferentes formas. Cada cultura ha utilizado utensilios aprovechando los materiales que la naturaleza les proporcionaba en su entorno. De esta manera se sabe de la utilización de conchas de tortugas o moluscos por parte del hombre primitivo; tubos sellados de bambú en diferentes lugares de Asia; o grandes cuencos de piedra tallados por los americanos prehispánicos.En la Edad Media se cocinaba a fuego abierto y los útiles utilizados (de barro, hierro o bronce) solían ser ollas, sartenes y calderos. Para preparar la comida existía una gama de cuchillos, cucharas, pinchos y tijeras. El fuelle y el mortero eran habituales en las cocinas así como diferentes clases de ganchos y trébedes portátiles.

En el Renacimiento se ampliaba algo más el abanico y era fácil encontrar balanzas, tenazas, tenedores para asar, tamices o rejillas metálicas para asar a la parrilla.

La Revolución Industrial del siglo XVIII permitió la mejora de los materiales extistentes y con ello aumentó la calidad de los utensilios a un precio menor. Las mejoras de los transportes (que hacía posible, por ejemplo, que se encontrara pescado fresco en ciudades interiores), el crecimiento de la clase media, y un representativo aumento de la cultura gastronómica, propiciaron la aparición de novedosos útiles de cocina.

En el siglo XIX aumenta la variedad de materiales y encontramos desde cacerolas de cobre o hierro forjado a cacerolas de aluminio. La cerámica, nunca olvidada, resurge con fuerza en esta centuria. También se produce una preocupación por los efectos nocivos del uso de distintos materiales en la fabricación de utensilios. Con todos estos avances y una auténtica pasión generalizada por la moderna cocina francesa, aumenta el abanico de los productos existentes y aparacen muchos otros nuevos, como, por ejemplo, el abrelatas.

Desde principios del siglo XX el uso del plástico y derivados (descubierto en 1850) se hizo extremadamente popular y llegó a sustituir a otros materiales tanto en el ámbito doméstico, como industrial iniciándose la “era del plástico”. Se consolida el uso del aluminio gracias a su abaratamiento.También se empezó a utilizar el gas. En 1799, fue patentada la primera estufa a gas; en 1802 se inventó la cocina a gas, y en 1807 en Inglaterra se inauguró el alumbrado público a gas.

El acero inoxidable fue inventado a principios del siglo XX cuando se descubrió que una pequeña cantidad de cromo añadido al acero común, le daba un aspecto brillante y lo hacía altamente resistente a la suciedad y a la oxidación. El abaratamiento del aluminio lo consolidan como materia. En general, el desarollo de la técnica, la consolidación de la electricidad y la termodinámica que vienen de la mano de este siglo dejan su impronta también en los utensilios de cocina que aumentan su abanico de una forma vertiginosa.

El primer intento conocido de cocinar a presión ocurrió en 1679, pero no fue hasta 1919 en que el español José Alix Martínez patenta lo que se denominó como olla exprés.Otro ejemplo de la innovación en los artículos de cocina es la empresa Lékué. Esta compañía que inició su rumbo en la década de los 70 con la comercialización de las primeras escobas y cubiteras de caucho. Años después siguió creando tendencia con la creación de los primeros moldes de Silicona Platino. Practicidad, calidad, innovación y diseño vanguardista constituyen la base de la filosofía de Lékué, valores que le han permitido experimentar un rápido crecimiento en los últimos años.

Actualmente, la marca continua desarrollando nuevas categorías de productos, siempre con el desafío de sorprender a sus usuarios y facilitarles un mayor disfrute del hogar. Para ello, mantienen una estrecha relación con sus consumidores así como con los profesionales del sector con el objetivo de innovar constantemente tanto en materiales como en diseños profesionales para el hogar que destaquen por su atractivo, ergonomía y facilidad de uso.
Las herramientas han evolucionado para hacer frente a los distintos retos de diseño, retos que han ido surgiendo con el tiempo, y con él su evolución, sus cambios de hábitos y su uso del tiempo. También han tenido que ver otros factores como nuestros estilos de vida en constante evolución, la demografía, las expectativas culturales y nuestra economía.Cada vez mas, la cocina se esta convirtiendo en un ritual, se hace un acto especial, es por ello que para llegar a ciertos niveles de apreciación de la buena cocina, se necesitan nuevas herramientas. Todo ha evolucionado, y con ello, la cocina también. Para hacer llegar a la gente hacia estos límites de apreciación de la buena y elaborada cocina, es necesario conocer las nuevas tecnologías para poder captar todos los sentidos del ser humano.Con ello, si nos paramos a pensar, hemos pasado de cocinar con piedras y sin siquiera fuego a disponer de infinidad de herramientas que nos facilitan muchísimo las tareas dentro de la cocina.Sin lugar a dudas, muchas de las técnicas que actualmente se pueden desarrollar en una cocina son posibles gracias a la aparición de nuevos materiales y de maquinaria de nueva generación, que permiten además economizar mucho tiempo en las preparaciones. La gran revolución en la cocina aún está por llegar, pero en cualquier caso los protagonistas de la misma serán estos productos de tecnología de vanguardia que ya han aparecido y siguen apareciendo.

Hoy en día existen pocas cocinas que no cuenten con licuadora, thermomix, sartenes antiadherentes, papel para horno, sifón, superficies de inducción, microondas u horno de vapor, por ejemplo. Estos materiales y máquinas se han convertido en el principal colaborador del cocinero y su presencia en las cocinas de los restaurantes cada vez más imprescindible.
También se han inventado cosas..................... mejor esta parte nos la tomamops con sentido de humos, si les parece.
El deshuesador de aceitunas, en serio alguno lo ha utilizado?.Quitarles el hueso a las olivas con este artefacto es una actividad fatigosa, pelmaza y rayante donde las haya. Sin embargo, no hay más remedio que tenerlo en la cocina y utilizarlo, porque como todos sabemos las aceitunas sin hueso no se venden en ningún sitio.
El no menos famoso separador de yemas y claras, Separar la yema de la clara de un huevo es una actividad de altísimo riesgo que exige gran habilidad y conocimientos culinarios. Este imprescindible artilugio permite llevarla a cabo a las personas que no tienen ni cerebro ni manos.
El pequeño exprimidor manual de limones. Este aparato soluciona el gravísimo problema de que salten gotas cuando exprimes medio limón. Por si no se te había ocurrido poner la otra mano.
El ajo es posiblemente el alimento que más gadgets absurdos ha generado a la largo de la historia. Peladores de todas las formas y sistemas habidos y por haber, aplastadores, machacadores, picadores, cortadores en láminas, chismes para que no te huelan las manos después de tocarlo... Cualquier cosa con tal de no hacer lo que te dicta el sentido común, que es usar un buen cuchillo y un mortero. Y sí, yo también tengo alguno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario