Aún hoy me acuerdo de todos mis maestros, porque admiro y recuerdo a todos los que han dedicado tiempo a enseñarme la cocina de raíz. puede que haga platos que salgan más cuidados que otros, pero reflejan la cocina que a mí me gusta, generar felicidad a los clientes. Cuando alguien se toma la molestia de analizar tu trabajo, lo respeto. La mezcla de tradición e innovación es una constante en los fogones, una continua evolución de un concepto.De dónde viene y adónde va, he sido consciente de dónde empezaba, pero nunca de dónde iba a acabar.
Pereza al escribir, al dejar que las palabras caigan lánguidas al papel y las manos correteen sin un rumbo prefijado por el teclado.La literatura culinaria siempre es sustanciosa y llena de matices. Con humor, con tranquilidad, contagiándonos el gozo por el oficio, los olores, el sonido, el tacto.Siendo embajador plenipotenciario de las cazuelas hasta que el diablo te lleve eso si siendo siempre revolucionarios culinarios.Allá no te alimentarán el alma, te merendarás una cocina rotunda al más puro estilo de las fabulaciones de Álvaro Cunqueiro. la mejor cocina en sentido contrario a la uniformidad y los estándares de la alta cocina contemporánea de algunos nuevos Gurús, no me gusta dar nombres pero Adriá sabe algo, elaboradores de platos brillantes en los que echamos en falta el vibrato que agita corazón, por lo tanto tú aplica el sentido común de cocinero y ese manejo del recetario tradicional –sin sacralizar- donde se dan toques de modernidad sin apelar a la esferificación. Tiene que haber de todo, cocineros silenciosos, parlanchines, de culto, egochefs, etc. Lo más importante para que una propuesta funcione es adaptarse al lugar y tratar de comprender su gastronomía y costumbres, una historia diferente, ilusionarnos y vivirlo.
Cocineros en la búsqueda de la máxima calidad en el producto y de la perfección en la cocina, compromiso con las raíces culinarias y con su renovación, complacer a los clientes, con toda la ilusión de un equipo, el sentimiento que nos domina es la satisfacción, mantenido los valores y los ideales, cocineros que extendieron su revolución, conceptos, técnicas, reflexionar, estructurar y replantear, rompen esquemas y construyen un universo de sabores, texturas y sensaciones insólitas, cada bocado es un juego, muchas horas en su cocina, incansable y su imaginación parece no tener límites. Buscamos romper totalmente con lo que la gente ya conoce. No solo en lo conceptual sino también en lo que a sabores se refiere.
Pensemos para quién queremos cocinar, preparar ese o esos platos. También pensemos para qué, qué objetivos queremos lograr con ella: conseguir una sonrisa de los que comen, pensaremos el menú de tan magno acontecimiento. Para todo ello necesitamos una estrategia: elegir el momento, el lugar y las circunstancias que lo rodeen. Cazuelas donde se mezclan los ingredientes, las sensaciones y las emociones.
No desperdiciar ni uno solo de esos 365 días para ser lo que somos, para sentir como sentimos, para actuar con coherencia, para pensar con inteligencia y hacerlo todo en relación a la cocina.Tiempo para celebrar lo bueno,con cara de niño abierto a la sorpresa y lo nuevo, un día y un altre día, lo que llena nuestro camino
sentir con alma de niño libre, lo que llena de sentido nuestros adentros más hondos, amar la gastronomía y sus vueltas, las cazuelas que nos quedan a la vera de la cocina, camina con mis ritmos y mis pausas viejo y nuevo amigo, un ritmo de cocina y poesía, no dejes que se rompa el pacto ni el vinculo que hemos creado al ponernos esa chaquetilla, somos nosotros los que tenemos que dar un sentido y significado nuevos a esa colección de días y momentos. No cerrar los ojos, no callar lo que sentimos y pensamos, no dejar de paladear cada instante vivido, no dejar de escuchar las canciones que salen de dentro y las que llegan de los que nos rodean, oler los vientos que nos indican el camino, ese en el que el cliente es lo primero.Que las veces que celebremos las victorias y los triunfos, nos inunden de color el año y nos hagan desear otro año nuevo, el ejército de cocineros moviéndose a la velocidad del rayo puchero en mano, bien uniformados;que dominan fuegos y sartenes; la cocina es preciosa, caprichosa,desagradecida, divertida,ensamblando la cocina de toda la vida con la de los recetarios festivos, que más se puede pedir.
A precio tu curiosidad en la cocina, de ingredientes mágicos de comensales compartiendo alrededor de un plato, sin molestar susurrarte una receta. Ese compi que realiza su plato y pueba " Qué delicia de sabor,qué agradable explosión se siente al degustar, éstos esplendidos sabores que nos dan felicidad.", qué locura y qué alboroto. ¡con lo santo que era el demonio, y lo bien que nos lo pasábamos!
Aventuras de las que saltan chispas, ilusión, inspiración, emoción, sorpresa, placer, la vida se acaba y no puedes dejar este mundo sin probar las croquetas de jamón y pollo cremosas, el choco y las puntillitas hacen volantes de seda en el aceite caliente y las almejas abiertas con manzanilla están para untar pan, tortillitas de camarones, finas como encajes de bolillos, o la fideuá, hamburguesa con wasabi, ceviche, presa ibérica, salsa roquefort o la paletilla de cordero rellena, el caldoso con carabineros y unos callos de ternera caseros, sopa de ajo y pan; el lenguado con aceite de jengibre, pan de coco y sesos rebozados, focaccias, cocas, pan candeal, flautas de parmesano y olivas negras; mejillones con puré de hierbas, una verdadera cocina personal y abierta al mundo. No hay verdades absolutas y que lo bueno es generar nuevas verdades.
Siempre quise ser cocinero. Poco a poco van entrando cocineros y personal de sala anticipando el caos controlado en que todo se convertirá en breve. Pareces cansado pero no puedes parar. Esa vocación de tratar de sorprender con lo que cocinaba. Esto de trabajar tantas horas, tantos días, fines de semana y festivos. Es lo primero que te dicen y yo con diecisiete años no lo veía.Era lo que yo quería.Si me buscas, seguro estaré en una cocina y seguro que ¡¡¡¡siempre me encontrarás allí cocinando.!!!!!!