Un taller de cocina para niños, nos permite abordar los hábitos del comer y cocinar, dando al niño/a una participación activa en la elaboración, así como en la preparación de los alimentos, la recogida y limpieza de útiles, es decir, permite trabajar el hecho de comer como proceso, abarcando toda la secuencia del mismo sin limitarnos únicamente al "consumo" de alimentos.
El taller de cocina posibilita, de igual manera, trabajar la vertiente social ya que:
Los niños/as participan activamente en producciones colectivas, donde cada uno toma responsabilidades diferentes.El resultado de estas producciones colectivas es compartido por todos.Al proceso de elaborar comidas, no se hacen distinciones de roles por razón de sexo, raza o religión. Nos permite por lo tanto, ofrecer modelos de comportamiento no machistas alrededor de la cocina.También nos posibilita trabajar el rol de otras personas que trabajan en la escuela (cocineros/as y limpiadores/as), así como involucrar a los padres/madres en determinadas actividades o en todas, algo beneficioso ya que se crearía una colaboración entre ellos.
Interactuar con elementos y utensilios permite un desarrollo cognitivo.
Los útiles y menajes de cocina son elementos con los que podemos realizar múltiples acciones: pelar, cortar, batir, mezclar, amasar, moldear... son pues instrumentos para aprender a dominar la motricidad, la colaboración y la creación.
Como manipulan sustancias y elementos reales, además del atractivo que tienen para los niños/as, pueden aprender numerosas cualidades, texturas, sabores, olores, nombres... es por lo tanto, un medio formidable por trabajar la educación sensorial y la inventiva.
Las transformaciones que experimentan las sustancias y alimentos, y en los que los niños/se actúan directamente, permite descubrir relaciones de causa-efecto y establecer secuencias temporales, el resultado de lo que es una RECETA y lo importante, creación de recuerdos futuros.
Además, se plantean cantidad de problemas a resolver, situaciones que pueden derivar en diferentes resultados... en definitiva, se estimula la capacidad de tomar decisiones, de transformar la realidad (- A ver que pasa si...?), facilitando la interiorización de las respuestas. Son ellos pues, quien llegan a conclusiones mediante su acción sobre los elementos.
No debemos olvidar que el taller de cocina se plantea en términos de lo que interesa al niño/a, bien por venir dado por el entorno (gastronomía típica a los diferentes momentos del año) o bien desde la escuela o el aula (una fiesta de aniversario, un postre especial, una merienda, un regalo a los padres...).
OBJETIVOS:
INTERVENIR ACTIVAMENTE EN LA REALIZACIÓN DE COMIDAS. AFIANZAR LA AUTONOMÍA PERSONAL MEDIANTE DESTREZAS CONCRETAS DE MANIPULACIÓN. POTENCIAR LA AUTONOMÍA PERSONAL POR MEDIO DE LA INTERIORIZACIÓN DE HÁBITOS DE HIGIENE. DESARROLLAR LA PERCEPCIÓN SENSORIAL. INCIDIR EN LA COEDUCACIÓN. PROMOVER LA PARTICIPACIÓN Y LA COLABORACIÓN EN LOS NIÑOS. INICIARLOS EN EL TRABAJO EN EQUIPO. FACILITAR LA PARTICIPACIÓN de los PADRES. POTENCIAR LA UTILIZACIÓN DE LAS MATEMÁTICAS. ENSEÑAR VALORES COMO EL RESPETO Y LA HUMILDAD.
Elaborar sencillos platos de cocina de forma cuidada y autónoma.Aprender hábitos saludables.Manejar los instrumentos del taller de forma adecuada (cortadora, plancha, horno, microondas, sartenes, cazuelas…)Ampliar el vocabulario (alimentación- higiene- cuidado personal – salud ….)Conocer las características más destacadas de diferentes textos (recetas, lista de la compra, avisos, anuncios publicitarios…)Resolver situaciones y problemas de la vida cotidiana que puedan cuyo tratamiento requiera el uso de los números y de las operaciones de cálculo.Desarrollar el nivel de autonomía a la hora de realizar compras.Conocer las formas más adecuadas de relación con los clientes y proveedoresPromover acciones a favor del medio ambiente a través del ahorro de agua y electricidad y reciclado.