domingo, 20 de mayo de 2018
Una de tortilla de papas.
Antes de contarles la historia del plato que nos reune hoy tengo un par de preguntas que me rondan la cabeza.
Si Colón y sus secuaces no hubieras arribado en América, ¿que sería de las papas, el chocolate, los aguacates, los tomates...?.
¿Realmente importa quién la inventó?.
¿Por qué nadie ha propuesto la beatificación de este plato?.
La tortilla de papas es sin duda un referente de la gastronomía española, conocida mundialmente por su delicioso e inconfundible aroma y sabor, no hay quien se resista a un buen pincho de tortilla.El “as de oros de nuestra gastronomía”, como la definió Néstor Luján, preside barras de bar, mesas familiares y bufés diplomáticos, eso sí, discutan si lleva o no cebolla,se coincide en la causa de su aparición: el hambre. En esa época era muy demandado un alimento barato, pero que fuera nutritivo y calmara el hambre, por lo que esta receta cumplía todos los requisitos.Existen tantas formas de hacerla como cocineros.
Su origen no está muy claro. Por un lado, según documentan Las Crónicas de Indias, sabemos que las primeras tortillas de huevos, se conocen entorno al año 1519, tanto por los españoles como por los aztecas. Y por otro lado, sabemos que las papas las trajo Pizarro de América a Europa en el año 1537. En el libro "La patata en España. Historia y Agroecología del Tubérculo Andino", escrito por el científico del CSIC Javier López Linaje, se sitúa el origen de la tortilla española en la localidad extremeña de Villanueva de la Serena en el siglo XVIII.Según el investigador, estas tortitas serían en realidad las primeras tortillas de papas, a diferencia de otras teorías, los datos aportados en el documento de Villanueva de la Serena del año 1798 son una prueba irrefutable. Hace poco el primer documento conocido en el que se hacía referencia a la tortilla de papas era un escrito datado en 1817 dirigido a las Cortes de Navarra en el que se hablaba de que los habitantes de Pamplona consumían: dos o tres huevos en tortilla para cinco o seis mezclando papas, pan, etc. Algunos sugieren que fue el general Tomás de Zumalacárregui quien inventó la tortilla de patatas "por necesidad". Pero a pesar de esos dos mitos erróneos, la verdadera historia de la tortilla de papa abunda en misterios y anécdotas.Los españoles confundían las papas con las batatas debido a su parecido aspecto y es por ello que las empiezan a llamar patatas adoptando ese nombre hasta hoy en día, excepto en Canarias y parte de Andalucía que las siguen llamando papas, igual que en el resto de los países hispanohablantes.Oficialmente y según los diccionarios, “patata” fue sinónimo del taíno “batata” (boniato) hasta 1817 mientras el término quechua “papa” se dedicaba a lo que hoy llaman patatas.
RECETA DE TORTILLA, UNA DE TANTAS
150 g de cebolla
1 kg. de papa
0,5 l. de aceite de oliva virgen extra
Para la tortilla,
Toda la patata pochada
6 cucharadas aceite de pochado
8 huevos
Sal Picar finamente la cebolleta.
Pochar la cebolla a fuego suave en una cazuela con el aceite de oliva.
Cortar la papa en láminas muy finas,en el aceite
Bajar el fuego y terminar de hacer la papa a fuego suave.
Escurrir del aceite y reservar tanto la papa como el aceite.
Mezclar la papa tibia con el huevo y la cebolla.
Poner a punto de sal la mezcla.
Calentar la sartén.
Incorporar la mezcla en la sartén sin que llegue a estar muy caliente, dar unas vueltas durante un minuto con la ayuda de una lengua para que se vaya cuajando y así evitar que haga costra.
Dar la vuelta con ayuda de un plato y terminar de cuajarlo por el otro lado.
Dejar jugosa.
Es uno de los símbolos de España, tan importante como la paella o la bandera roja y amarilla que hondea en los ayuntamientos.La mejor la papa vieja, porque la nueva suelta demasiado almidón, se descompone,no batir demasiado los huevos.
Mientras logramos se hagan monumentos de la tortilla de papas en todas las plazas municipales del país, ¡¡¡ Larga vida a la cocina de sie
Ahi queda eso.
Así, es de recibo agradecer esa recuperación de nuestro patrimonio hostelero,a estas alturas ya sabrán que cuando algo nos gusta no nos andamos por las ramas, espero que no se enfaden los grandes dinosaurios de la hostelería, algunos retirados y otros aún dando caña,mientras un adolescente se lamenta de que no chuta bien la “wifi”, pero aquello de que cualquier tiempo pasado fue “peor” cambia en función del color del cristal con que se mira y puede ser mucho “mejor” si pensamos en que los clientes estaban menos vacilados y eran más benevolentes, o eso me parece. Con un camarero atento al mínimo movimiento o arqueo de cejas, conocedor de los usos y costumbres de todos y cada uno de los clientes que franquean el umbral de su puerta, suele funcionar este rollito nuestro, la profesionalidad, orgulloso de que los jefes de su tinglado seamos nosotros, sus clientes, a los que nos considera los “reyes del mambo”. En estas cosas vemos la mejora de lo que nos viene dado y de ese trabajo de forja de madres, abuelas y cocineros profesionales desconocidos y olvidados, es algo al alcance de muy pocos privilegiados, tocados por el dedo divino, acometiendo proyectos nuevos con la ilusión del emprendedor recién licenciado y la energía desbordante de un titán que se las sabe todas.Vayan al campo de vez en cuando y desconecten de la ciudad. De nada.
La clientela es variopinta y acude entusiasmada hasta sus mesas, desde gentes que se mueven por el centro de la capital por puro ocio, currelo o turisteo y quieren morder algo ajeno al sota-caballo-y-rey, hasta todos esos aficionados a la buena mesa que hacen el viaje para disfrutar de las últimas novedades más mundanas, dicho esta especie de introducción llegamos al apartado que hoy nos atrae cual imán. He decidido escribir estas líneas a ver si puedo poner mi granito de arena en este Quién es Quién de la restauración y ayudar a que no nos den “gato por Kobe”, y que el comensal aprenda que no es lo mismo una que otra a la hora de pagar el producto, no hacemos más que apartarnos del asunto que nos ocupa.
Como clientes debemos ser conscientes de muchos factores que mueven esto del buen comer, lo primero que tenemos que tener claro es saber que tipo de local queremos visitar, no es lo mismo un local que nos oferta una Kobe que un añojo de la tierra, lo crean o no estimados amigos no es lo mismo ni la calidad, ni el precio. Por lo tanto no podemos pretender que el precio del cubierto de una casa que nos da un producto de primera sea igual que el de una tasca del barrio, asunto bien serio que no requiere de más literatura,¡Ahí queda eso!
viernes, 18 de mayo de 2018
Otra de calamares.
Los calamares tienen un lugar dentro de nuestra cultura. Ya sea positivo o negativo, estas criaturas forman parte de expresiones folclóricas alrededor del mundo, así como también de la gastronomía de varias naciones.Se estima la existencia de alrededor de 300 especies de calamares,ordenadas en 29 familias, semejantes a sus parientes cercanos, los pulpos.La tinta es un pigmento almacenado en una bolsa ubicada encima del recto que es disparada a través de un tubo en forma de “U” llamado sifón.Su cuerpo contiene una concha delgada y plana, aparte de un órgano llamado hipónomo que les permite desplazarse fácilmente debido a la expulsión del agua a presión.Según las investigaciones basadas en restos fósiles hallados, sus primeros ancestros dieron señales de vida hace aproximadamente 500 millones de años.. Las poblaciones canarias no han sido objeto de estudio biológico ni pesquero. Por su relativa abundancia y su calidad alimentaria, dos especies tienen importancia económica en Canarias: el calamar del alto y el calamar o calamar de tierra. Los de pequeño tamaño reciben el nombre de chipirón. Cuando el calamar procede del Banco Sahariano es conocido en Canarias como calamar sahariano, sencillo y directo. Que no les den pota por calamar.
GUISO DE CALAMARES
1 kg. de calamares
3 dientes de ajo picados
2 cebollas picadas
1 pimiento verde picado
1 kg. de papas pequeñas en rodajas gruesas
2 dientes de ajo con su piel
1 chorrete de coñac
1 guindilla y una cucharada de mojo rojo
1 vaso de vino blanco
Aceite de oliva y sal
Agua
Ponemos una cazuela al fuego, incorporamos aceite de oliva y los ajos, lo vemos bailar unos segundos y seguimos con la cebolla, luego el pimiento y sal.
Limpiamos el calamar, dejando la piel.
Cortarlo en pedazos hermosos, teniendo en cuenta que al guisar merman.
Pelamos y troceamos las papas y las reservamos en agua, al momento de utilizar secarlas con un trapo y sumergirlas en aceite con ajos aplastados en una sartén, freírlas.
En una antiadherente saltear los calamares de a pocos, sal, añadirlos a la verdura y dejamos que entre aquí el coñac.Añadir la guindilla.
Así con todos.
Añadimos el vino blanco, ½ vaso de agua y dejar guisar cubierto 45 mn. aprox. muy suave, luego una cucharada de mojo, dejamos unos minutos y le incorporamos las papas.
No todas las recetas van a ser de calamares fritos o en su tinta, aunque un buen bocata de calamares...
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