No es fácil ganarse un lugar en el cielo, a veces llegadas estas fechas la peña ejecuta lo conocido como "operación bikini", no se que piensan ¡ que pedazo tortura!, se imaginan pasar por esos chiringuitos playeros oír " Unas jarras y dos de calamares", por dios, sufrió menos Indiana Jones buscando el arca perdida.
Estando en Canarias, sol garantizado y rodeados de mar, con mil personas en la playa también es mala suerte solo nos miren a nosotros, por lo tanto lo mejor es un par de chapuzones y apuntarnos sin miramientos a esa ronda de birras y esos calamares bien frititos.
No importa la isla que visiten, lo importante es el buen tiempo, los chiringuitos de playa o los locales de montaña, en todos seguro pecarán sin pensar en un mañana o si van a tener el perdón eterno que tanto predica el cura en la misa del domingo, por ello mi inicio, no es fácil ganarse un sitio en el cielo.
Esto queridos pecadores es una crónica hecha a todos esos locales que nos incitan al pecado capital utilizando palabras bíblicas, " dar de beber al sediento y de comer al hambriento", quien podrá resistirse a esas pizarras bien alineadas en estas fechas donde leemos, pulpo a la vinagreta, ensaladilla rusa, calamares a la romana, camarones, lapas, morenas... Cañas a euro..., ¡los pillé!, se les ha hecho la boca agua, ya están preparando la toalla y van pensando más en las cañas y lo morados que se van a poner en ese local que más les gusta, como ven seguramente he perdido mi lugar en el cielo por incitador, pero a ustedes acaba de dejar de preocuparles la operación bikini y el perdón que predican los domingos a las nueve.
Solo decirles queridos amigos "Bienvenidos a Canarias", aquí no sólo hay una hora menos sino que hasta el cura de la parroquia les da la bendición para que pequen gastronomicamente hablando y les aseguro que hasta nuestra vecina del quinto ha dejado la operación bikini.
¡Que suerte vivir aquí!, que más da mar que montaña, seguro en estas islas encontrarán un local donde meterse que les den buen comer y buen beber, que ya es motivo de defensa biblia en mano el día del juicio final, esto señores es una crónica de lo que les espera en Canarias. Alabada se la cerveza y bienaventurados sean los calamares, pueden ir en paz.
martes, 26 de junio de 2018
Bienvenidos a Canarias, una crónica anunciada.
Arroz negro con calamares, que gran creación.
Un clasicazo de la cocina española y en lo que a arroces se refiere es el arroz negro, para mi personalmente es uno de los más que me mola, pero como en todo el asunto va en gustos, hay mil recetas y mil maneras de prepararlo, por lo tanto les daré una receta de las más sencillas y ya ustedes añaden o cambian el tema ese por el que siempre empiezan las recetas, el apartado de ingredientes. Estando en estas fechas veraniegas es un plato ideal para un domingo de esos cualquiera, unas cervezas frías y a divertirse.
Según algunas leyendas típicas, que encomtramos en cualquier elaboración, dice que este es un plato de pescadores catalanes y levantinos, ya saben, el asunto ese de que a la mar llevaban géneros secos y verduras de duración, así que demos las gracias a ese gremio que tantas y tantas recetas han salido de sus barcos. Para no demorar más lo importante vamos con la receta.
750 g. de calamar entero
2 puerro muy picado
1 pimiento verde muy picado
3 dientes de ajo picados
1 pizca de tomate natural triturado
Las tintas de los calamares
350 g de arroz de grano redondo
Los tentáculos de los calamares
1 pizca de vino blanco
1’2 l. de caldo de ave caliente
1 mortero de all-i-oli
unos mejillones y unos langostinos para decorar. (opcional).
En una olla amplia y baja, rehogar en aceite el puerro, el pimiento verde y 2 ajos, añadir sal.
Esperar a que el sofrito oscurezca.
Añadir al sofrito el calamar en aros por ejemplo. Pasado unos momentos añadimos tomate, sofreír perfectamente.
Añadir las tintas diluidas, romperlas, vino blanco y rehogar, añadir el arroz, reducir.
Añadir el caldo caliente, rectificar de sal. En este momento exacto suelo incorporar un majado de pulpa de choricero y ajo, pero eso son manías de un servidor, por ello no va en los ingredientes, pero es algo habitual en mi, me salto las normas impuestas.
Cocer el arroz 15 mn. aprox.
Apagar el fuego.
Dejarlo reposar 5 mn. cubierto con un paño.
En una antiadherente con aceite, saltear los tentáculos de calamar, el ajo restante, cortar con vino y sal.
Colocarlos sobre el arroz.
No olviden las cervezas frías y todos en pie aplaudiendo a todos esos del gremio de pescadores que salen a la mar para que todos podamos disfrutar de este tipo de platos. ¡ Alabado sea Poseidón o Neptuno!, según que mitología les guste más.
miércoles, 20 de junio de 2018
Errores y aciertos de Chef y chef.
Hay momentos de esos que llamamos de reflexión y a veces hasta hechamos la mirada atrás, si entre todas esas preguntas que nos hacemos de como hemos hecho las cosas no encontramos un " y si...", todo va bien, no por no habernos equivocado, sino por entender que lo hecho está hecho, dando por válida está redundancia.
La historia sobre un mismo hecho tiene varias versiones según quien la escriba, desde la Biblia hasta Caballo Loco el guerrero Indio, a eso le añadimos la interpretación de cada individuo y conseguimos una infinidad de leyendas las cuales no sabremos cual es la cierta con el paso del tiempo. Saquen sus conclusiones.
En nuestro caso nos ceñiremos a la cocina, hoy en día hay mucho bombo y platillo en este oficio, todos son creadores de platos y muchos se han olvidado de la realidad, se han dejado envolver por este mundo mágico que esconde más de lo que enseña cual juego de naipes, recuerdan el principio de la peli Ahora me ves...
Algo ha cambiado, los jefes crean y los cocineros imitan, los alumnos estudian para Chef, algo que sigo sin entender porque para ser Chef no se estudia, en algún momento de la peli fui al baño y me perdí la secuencia.
Creo que ni los jefes deben ser tan extrictos ni los que empiezan tener esos Aires de grandeza, buscar un equilibrio, igual un jefe debe sacar mejor partido de su equipo y su equipo entender porque el otro es jefe, partiendo de la base que un jefe no doblega a sus súbditos, sino que enseña a sus compis, ¿ ven la sutil diferencia?.
A los que empiezan recordales que sus errores los paga el jefe y al jefe recordarle que de los aciertos de su equipo él se lleva el mérito. Esto se vuelve un círculo y seguimos donde empezamos, mejor en ese tiempo de reflexión que les decía abran unas birras y brinden por un día más en el fogón. Aunque después de releer esté aporreamiento de letras y dar enter a mi teclado puede y recalco el puede que no vaya muy desencaminado.
Que la diosa de los fogones les proteja y ¡ Larga vida al rock and roll!.
lunes, 11 de junio de 2018
Pollo a la parmesana.
Si leemos algo de historia nos damos cuenta que el país de los "yanquis", es muy pero que muy intercultural, podría remitirme a esa ciudad llamada Nueva Orleans para que alucinen con mezclas de culturas y sobre todo de cocinas, una cuidad que es un carnaval continuo, pero no, menos aún voy a irme a un estado o una cuidad en concreto, piensen en New York o Washington, que más da, donde si me voy a ir es a la gran influencia italiana que hay en los Estados Unidos de América, por lo tanto queridos amigos hoy toca hacer un " Pollo a la parmesana", el motivo es sencillo, porque podemos y queremos.
Como en otras ocasiones nosotros traemos nuestra propia versión y lo más probable es que tanto italianos como americanos intenten echarnos fuera de las cocinas pero allá vamos e intentaremos no ofenderles.
4 pechugas de pollo.
2 piezas de mozzarella.
4 lonchas de jamón de parma.
200gr de parmesano.
2 huevos.
Pan rallado.
Ralladura y zumo de limón
Salsa de tomate.
berenjenas asadas.
Puré de papas con mantequilla.
Sal y pimienta.
Hacemos un bolsillo a las pechugas y las rellenamos con el jamón y la mozzarella.
Pintamos con el zumo de limón, salpimentamos y ralladura de limón, aplastamos bien el asunto, lo pasamos por huevo batido y por pan rallado, marcamos por ambos lados en un sarten, colocamos en una bandeja de horno.
Cubrimos las pechugas con salsa de tomate, parmesano rallado y al horno a 220 unos 15 minutos. Acompañamos con berenjenas asadas y puré de papas.
Tartar de sardinas
El asunto que nos reúne hoy tiene que ver con recuerdos, podía irme a lo clásico y tirar por lo fácil que anda de moda ahora entre los cocineros y decir algo así "recuerdo cuando empezaba en este asunto, bajábamos a la cueva y empezaba un baile de calderos y sartenes del que no me he desenganchado jamás", pero no.
Mi intención es que recuerden esos findes donde se desayunaba con esas personas que llaman familia, que recuerden esas excursiones de los domingos que iban al campo, o ese día que apetecía y punto, por eso seguro que la receta de hoy les llevará cual Martín y su delorian a viajar en el tiempo, toca sardinas en lata, quien no ha comido un bocadillo de sardinas con cebolla.
Nosotros decidimos poner el asunto a modo tartar, crear un plato que llevará a recuerdos de infancia y de paso crear un culto y alabanza a semenjante manjar.
Así más o menos es la receta.
2 latas de sardinas (buena conserva o la que les mole).
1 cebolla roja pequeña.
1 tomate.
1 aguacate.
Unas gotas de sal.
Para la vinagreta.- un chorrete de vinagre que les guste y dos chorretes de aceite de oliva.
Picamos finamente la cebolla y la mezclamos con las sardinas, dando un poco de caña con un tenedor.
Por otro lado ponemos tomate picado y aguacate, damos un meneo, que nos quede a modo guacamole.
Salamos al gusto ambas mezclas.
Colocamos un aro en nuestro plato y de base ponemos la mezcla del aguacate y sobre ella la mezcla de sardinas, retiramos el aro y regamos con la vinagreta.
Fácil, rápido y riquísimo.
El único inconveniente de viajar al pasado a recordar estos sabores es que prefieran no regresar, ¡ Larga vida al bocata de sardinas!