domingo, 3 de diciembre de 2017

Restaurantes con años de historia.



Leía una entrevista que los amigos de esta casa publicaban este domingo en la que llamó mi atención algo en los que unos pocos pensamos de vez en cuando y otros que están ocupados en parecerse a Messi o a Cristiano, pensando en como ampliar las vitrinas para poner nuevos trofeos, sigo pensando que estamos en una época donde a los cocineros se les va la pinza creyéndose el ombligo del mundo, pero esto es otro tema, lo que me hizo dar vueltas a la cabeza es esos locales que llevan décadas abiertos, eso si es digno de premios, de lanzar cohetes... Se me vienen un porrón de locales de esa caracteristica que aún siguen siendo santo y seña de muchos lugares, seguro que a ustedes también, ¡¡¡Que Dios perdone mis pecados!!!. Recuerden que la gastronomia canaria no son platos colmados, sino una bandera sabia del mestizaje y perfecta en su ejecución.

Les cuento todo esto para explicarles que existen negocios y establecimientos brillantes que son la prolongación de una manera de ser, recibir, imaginar y vivir de quienes los gestionan. Cuando las barreras son casi inexistentes entre el paisaje familiar y particular de un empresario y el negocio que atiende, surge entonces la magia y todo adquiere el brillo y ese toque excepcional de una “gran casa”, es la interpretación de una manera de vivir reflejada en la arquitectura, los cálidos espacios, la decoración, los fogones... En definitiva, cocina divertida de mecha larga y sin fuegos de artificio, que asegura paz, sosiego y sobremesa relajada. Atesoran una carta con una oferta sencilla, convirtiendo la casa en lugar de reunión y escenario perfecto para echar el rato o quedarse a "pinchar"algo, sin mayor pretensión, pero eso sí, resuelto todo con actitud, ganas de agradar y productos de calidad, ¡touché!.

Locales con casi cuarenta años de metralla a sus espaldas no pueden ir muy equivocados con sus propuestas, ofreciendoel sabor de esa tierra bendita que nos pone más ... imagínense una peli para mayores, deseemos perduren muchos años más este tipo de locales, por los siglos de los siglos, amén.

Esta es mi forma de agradecer y homenajear a estos locales a los que íbamos de niños a pedir un refresco y ahora pedimos una cuarta de vino y dejamos los refrescos para los nietos.Muchos domingos de infancia los pasé encerrado en este tipo de casas, hay muchos que no han cambiado una sola mesa de sitio, desde entonces, salíamos de misa de doce de la parroquia y ala a salibar mientras llegaban los chicharrones o las garbanzas. Aquí lo dejo, que venía a felicitar y casi me quedo a comer.Piensen en eso, ¿saben lo dificil que es mantener un local de comidas abierto hoy en día?.

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