En uno de esos artículos de cocina que tanto me da por leer, vi unas palabras que me llamaron muchísimo la atención, decía algo así, " los restaurantes se dividen en dos tipos, los que brillan por fuera con carteles con luces de Neón y los que brillan en el interior. Luego somos nosotros mismos los que decidimos como clientes a cual queremos entrar".
Esto pueden interpretarlo como ustedes quieran, quizás se dejen influenciar por esta moda actual de cocineros vestidos de gala paseando por el local, si son tan traviesos como yo, pensarán " si este del mandil está en la sala mesa por mesa ¿ quien cocina?, o no se habían dado cuenta de ese detalle, cosas que pasan.
Antes el prota de la película era el cliente y el plato que se le ponía delante, hoy en día es ver si el cocinero sale a sala y el móvil para escribir donde se está comiendo, mi mente que es muy revolucionaria y rebelde se imagina esta secuencia, la peña de pie al grito de "torero, torero" y con una mano a lo alto con el móvil sacando fotos después de pinchar el botoncito de flash. Un verdadero show, igual algún que otro cocinero de estos de televisión está pensando poner una alfombra roja en la entrada de su restaurante y aparecer en una limusina justo a la hora del servicio, en fin, es lo que hay hoy en día.
Luego están ese tipo de locales que tanto defiendo, esos que brillan por dentro, esos donde ven solo a camareros con una sonrisa acomodandolos en su mesa, dándoles la carta y preguntando que desean, llegando platos a la mesa y pasándolo bien, sin saber siquiera si el cocinero es varón o fémina, si es joven o viejo, que más da, lo importante es el disfrute, hasta la vecina del quinto me dice que esos son los locales que le molan.
Sigo diciendo que igual es mi culpa el ser así de rebelde, el ser un romántico del oficio, igual voy equivocado pensando que el cliente es el protagonista de la situación y el camarero el cómplice en esta aventura, igual me mola más esos restaurantes sin luces de neón en la fachada, pero si que brillan en su interior, hasta puede que prefiera pasar un rato con la parienta en esa cena que de estar pendiente del instagram o TripAdvisor o de si el cocinero sale a la sala.
No lo sé, igual debería adaptarme a estos cambios, pero sigo pensando lo contrario, recuerden el comienzo, elijan bien, pero la experiencia me dice que mola mucho más ese tipo de garitos que brillan en su interior.
sábado, 19 de enero de 2019
Restaurantes con o sin luces de neón.
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