Momentos de bonanza vive la cocina hoy en día, preguntas a los chavales y todos quieren ser cocineros, incluso antes que futbolistas, una profesión en la cual casi hay que tener más vocación que para ser cura.
Largas jornadas laborales, cortadas, quemadas, presión... entre otras historias para no dormir, una parte importante que en esos programas de la tele se olvidan de decir, o como les conté el otro día "no se permiten días malos", guste o no guste es así, otra cosa muy importante que no nos cuentan es los salarios, muchos chavales piensan que se nada en billetes de 500 a modo Tío Gilito, pero no es así el asunto, Messi y Cristiano no son todos, solo unos pocos "elegidos".
Otra leyenda urbana en los últimos años es ese supuesto pique entre cocineros, desde que los que tapaban su receta secreta con el mandil se jubilaron eso tampoco abunda, si no me creen pregunten a Juan Mari Arzak cuantas versiones han hecho miles de cocineros de su pastel de cabracho.
Otro rollito es cuando los chavales empiezan a descubrir estas cosas, vayan por las distintas escuelas de cocina, miren las plazas solicitadas para el primer curso y luego comprueben cuantas hay para el segundo. Seguro se sorprenden.
Y termino con lo que un servidor valora, el tramo uno de este oficio es sofrito y el culo de la cazuela, ahí empieza la magia no en los sifones ni en la gaseosa, se los prometo.
Este oficio si te dedicas a él seguro será más adictivo que cualquier droga o las gominolas en forma de osito, pero siempre y cuando informemos de lo real, no sólo la parte bonita de la que sólo unos pocos se benefician.
Señores, señoras, chavales bienvenidos al mundo del calor, que la diosa de los fogones los proteja. ¡Larga vida al rock and roll!.
lunes, 23 de julio de 2018
Los chavales y la cocina.
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