Hay platos que no sólo se desconoce su origen exacto, platos que han aguantado siglos en esas casas de comidas, viendo pasar el tiempo que decía la canción. Hoy traemos un clásico que por desgracia está cayendo en el olvido, un pollo en pepitoria, ahí es nada. He sido En el s. XVI la nombran Cervantes en El Quijote y en las Novelas ejemplares, Lope de Vega en La dama boba, y Quevedo en El Buscón, entre otros. Como vemos platos de esos de literatura, ¡Amén!. Más tarde aparece en tratados de cocina como en el Nuevo Arte de Cocina de Juan Altamiras (año 1758) y en el Arte de Cocina, Pastelería, Vizcocheria y Conserveria de Martínez Montiño (año 1763).
Otra de las historias es que viene de Francia, donde de origen Le decían Petit oie, fechas posteriores mentan a Isabel II. Platos históricos sin historia exacta, así de bonito es este oficio.
Dicha está retagila pasemos a la receta.
Les daré mi versión.
1 pollo.
1 cebolla
Unos dientes de ajo.
Unas hebras de azafrán.
Una copa de vino blanco seco.
Un par de avellanas
Un puñado de almendras peladas.
Tres cucharadas de almendra molida.
4 huevos duros.
1 litro de caldo.
Sal y pimienta.
Salpimentamos el pollo lo pasamos por la almendra molida y lo doramos, reservamos.
En la misma cazuela incorporamos el ajo picado, lo vemos bailar unos segundos y añadimos la cebolla picada, luego la almendra molida sobrante.
En un mortero Le damos una paliza a las avellanas y a las almendras y el azafrán , lo incorporamos, añadimos el vino, dejamos unos minutos para que se presenten entre ellos los ingredientes.
Incorporamos el caldo y dejamos a fuego lento unos 20 minutos.
Hervimos 10 minutos los huevos, pelamos y partimos a la mitad, las yemas las escachamos e incorporamos al guiso mezclando bien, apagamos el fuego.
Al presentar el plato Le ponemos las claras picadas por encima, ala a disfrutar.
Que la diosa de los fogones les acompañe y rescatemos el pollo en pepitoria.
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