El asunto que nos reúne hoy tiene que ver con recuerdos, podía irme a lo clásico y tirar por lo fácil que anda de moda ahora entre los cocineros y decir algo así "recuerdo cuando empezaba en este asunto, bajábamos a la cueva y empezaba un baile de calderos y sartenes del que no me he desenganchado jamás", pero no.
Mi intención es que recuerden esos findes donde se desayunaba con esas personas que llaman familia, que recuerden esas excursiones de los domingos que iban al campo, o ese día que apetecía y punto, por eso seguro que la receta de hoy les llevará cual Martín y su delorian a viajar en el tiempo, toca sardinas en lata, quien no ha comido un bocadillo de sardinas con cebolla.
Nosotros decidimos poner el asunto a modo tartar, crear un plato que llevará a recuerdos de infancia y de paso crear un culto y alabanza a semenjante manjar.
Así más o menos es la receta.
2 latas de sardinas (buena conserva o la que les mole).
1 cebolla roja pequeña.
1 tomate.
1 aguacate.
Unas gotas de sal.
Para la vinagreta.- un chorrete de vinagre que les guste y dos chorretes de aceite de oliva.
Picamos finamente la cebolla y la mezclamos con las sardinas, dando un poco de caña con un tenedor.
Por otro lado ponemos tomate picado y aguacate, damos un meneo, que nos quede a modo guacamole.
Salamos al gusto ambas mezclas.
Colocamos un aro en nuestro plato y de base ponemos la mezcla del aguacate y sobre ella la mezcla de sardinas, retiramos el aro y regamos con la vinagreta.
Fácil, rápido y riquísimo.
El único inconveniente de viajar al pasado a recordar estos sabores es que prefieran no regresar, ¡ Larga vida al bocata de sardinas!
No hay comentarios:
Publicar un comentario