domingo, 4 de marzo de 2018

El millo o maíz.


El Señor ordenó a Ezequiel que preparara un pan de diversos cereales y que añadiera millo a ellos (Ez 4:9).
El debate sobre el origen del maíz todavía continúa y comprender ese problema no es solo de interés meramente académico. El maíz es un cereal que tiene la capacidad de adaptarse y crecer en climas totalmente diversos,el origen mismo de este grano es la zona central de México. Se tienen los primeros rastros del cultivo intensivo del mismo durante toda la época prehispánica, aunque pocos días después del descubrimiento del Nuevo Mundo, algunos cascos plateados que Colón había enviado a explorar el interior de la isla de Cuba regresaron con que los indígenas cultivaban una especie de grano llamado por ellos maíz, y lo comían tostado tal como era... los aborígenes canarios lo elaboraban a base de trigo, cebada y millo. Según algunos especialistas se han incluso encontrado indicios de su cultivo desde 2500 AC. Originariamente el significado de maíz, es decir, lo que representaba este nombre era “lo que sustenta la vida”.A raíz de la llegada europea al continente americano, el maíz fue llevado al viejo continente y de ahí al mundo.Cuando los primeros barcos europeos llegaron a China, este cereal se recolectaba ya en todas sus regiones.La mayoría de los investigadores están de acuerdo en que el maíz evolucionó desde la planta conocida como teosinte, en alguna parte del área de Balsas de la región sudoccidental de México, apareciendo hace unos 9.000 años.
La mazorca del maíz es la parte central de la planta. Se compone del tronco central sobre el cual crecen los granos, que son los que comemos, los granos de maíz más comunes tienen un color que varía del blanco al amarillo. Pero también existen variedades con granos rojos o violáceo según la variedad.La importancia del maíz como base para los transgénicos ha despertado la codicia de las empresas trasnacionales por este grano.
En Canarias existen más de 150 variedades locales de “millo canario”es muy apreciado en nuestro mercado por su sabor, hay que tener en cuenta que las hojas que la recubren estén verdes y que los granos estén enteros y consistentes.
El aporte alimenticio del millo es variado. Proporciona 365 calorías por cada 100 gramos, pero igualmente grasas, los tres tipos básicos de ácidos grasos, proteínas, vitamina B6 y magnesio, hierro, calcio, sodio, potasio y, afortunadamente, nada de colesterol.
Se ha utilizado en la elaboración del gofio, además de usarse en platos tan tradicionales, antes también se sabía cocinar, y muy bien; y esa gran cocina no necesita, para triunfar, más que una sabia puesta al día. Pero parece que es más difícil adaptar una vieja receta que inventarse una.

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